CAPÍTULO  7

 

Los Libros del Antiguo Testamento

 

Nota: Para un estudio detallado de todos los libros del Antiguo Testamento ver nuestro estudio titulado Los Libros Del Antiguo Testamento.

 

El siguiente estudio muestra cómo están dispuestos los libros del Antiguo Testamento. Comencemos con los libros que relatan la antigua historia del mundo y la historia antigua de la nación de Israel:

 

 

Los cuatro libros mencionados arriba describen el transcurso de la historia, desde la creación del mundo (Génesis) hasta la entrada a la tierra prometida (Josué).  Estos son los libros históricos. Los tres libros de abajo no relatan el transcurso de la historia y deben verse en relación a los libros históricos. Job fue uno de los primeros libros en escribirse y los eventos de ese libro sucedieron durante el primer período de la historia de nuestro mundo relatada en Génesis. Algunos piensan que Job vivió alrededor de la época de Abraham. Levítico era el libro de culto de Israel. Deuteronomio contiene las instrucciones finales antes de entrar en la tierra prometida.

 

Aquí hay una breve descripción de estos libros:

 

Génesis es el libro de los principios. Registra el comienzo del Universo (los cielos y la tierra), el origen del hombre, el origen de la mujer, el origen del matrimonio (nuestra sociedad actual necesita desesperadamente entender cómo Dios instituyó y definió originalmente el matrimonio), el origen de los hijos, el origen del pecado, el origen de la muerte, el origen de los sacrificios de animales, el origen del asesinato, el inicio de las ciudades, el origen de las naciones, el origen de los idiomas y el comienzo de la gran nación de Israel. El libro de Génesis comienza con los seis días de la creación y termina con los hijos de Israel en Egipto en el tiempo de la muerte de José. La frase, “Estas son las generaciones de…” indican las divisiones clave del libro.

 

Éxodo relata cómo Dios sacó a los israelitas de Egipto. La ley es entregada en el monte Sinaí (ver capítulo 20, donde se encuentran los Diez Mandamientos). La última parte del libro es un plano detallado del tabernáculo, la gloriosa habitación de Dios.

 

Números contiene el relato del peregrinaje de Israel por el desierto durante 40 años. En el capítulo uno son contados (numerados) todos los hombres que pueden salir a la guerra de veinte años arriba y por esta razón el libro se llama Números.

 

Josué cuenta la entrada de Israel a la tierra prometida y la asombrosa conquista que siguió. Fue le Señor quien dio a los hijos de Israel la victoria sobre sus enemigos.

 

Job es quizás el primer libro que fue escrito (¿alrededor de 2000 A.C.?) El behemot (Job 40) y el leviatán (Job 41) pueden referirse a ciertas especies de enormes dinosaurios que vivieron sobre la tierra en esa época—el behemot vivía cerca o en la tierra y el leviatán vivía en el mar. Esto contradice la teoría de la evolución que dice que los dinosaurios se extinguieron millones de años antes de que el hombre apareciera en escena. El libro de Job trata de un hombre piadoso que fue severamente probado por el Señor para demostrar algo a Satanás. Tiene mucho que enseñarnos sobre por qué Dios a veces permite que sufran los justos.

 

Levítico instruye a los israelitas sobre el culto verdadero. Los cristianos también pueden aprender mucho sobre la adoración de este libro. La palabra clave en el libro de Levítico es la palabra “SANTO”, que se encuentra más de ochenta veces en este libro. El Dios que adoramos es SANTO, y por eso debe haber un ambiente que sea apropiado. El SANTO demanda nuestra reverencia, nuestro respeto. Presentémonos ante ÉL con temor reverente. En Levítico encontramos 45 veces la expresión “YO SOY JEHOVÁ.” Nuestra adoración tiene que estar centrada en Dios. Cuán inapropiado sería venir a Dios de manera descuidada o informal o que menosprecie QUIÉN ES ÉL. Nunca debemos tener en menos la DIGNIDAD del momento en que el pueblo de Dios adora al SANTO.

 

Deuteronomio significa “segunda ley”. Moisés, poco antes morir, entregó la ley por segunda vez a la nueva generación que estaba por entrar en la tierra prometida (la generación anterior había muerto en el desierto, excepto Josué y Caleb). Estos discursos son ricos en contenido devocional. Enfatizan el amor a Dios que se demuestra obedeciendo Su Palabra. El principal mandamiento se encuentra en 6:5. Cristo citó tres veces este libro cuando era tentado en el desierto (Mateo 4).

 

 

Los seis libros mencionados arriba (Jueces hasta 2 Reyes) relatan el avance del transcurrir de la historia. Cubren el período histórico desde el tiempo de los jueces hasta la Cautividad Babilónica. Los libros de abajo (Rut hasta Crónicas) no cuentan el transcurso de la historia, pero están colocados en correcta secuencia histórica (los Salmos pertenecen a David; los Proverbios son de Salomón, etc.)

 

Jueces relata la triste historia del período de los Jueces cuando “cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25). El período de los jueces duró como 300 años.

 

1 Samuel presenta al piadoso Samuel y al impío Saúl. Saúl llegó a ser el primer rey de Israel. La gente quería un rey como todas las demás naciones y Dios les permitió tener lo que quisieron, aunque Saúl resultó ser un rey deficiente. David también se destaca en este libro, mayormente como el héroe que venció a Goliat y luego como el fugitivo perseguido por Saúl.

 

2 Samuel abarca el reinado del Rey David y no incluye solamente sus hechos destacables como el rey más grande de Israel, sino también sus fracasos y pecados que incluyen su adulterio con Betsabé (2 Samuel 11:1-5), su criminal arreglo para librarse de su marido (2 Samuel 11:6-27), y el censo del pueblo (2 Samuel 24:1-9).

 

Los dos libros de Reyes cubren el período histórico desde Salomón hasta la Cautividad Babilónica. Estos dos libros cubren aproximadamente 400 años de historia.

 

1 Reyes comienza con el reinado del Rey Salomón (los primeros 11 capítulos). Salomón fue el último rey del reino unido. Están descritas su incomparable sabiduría y las glorias de su reino (capítulos 3-10), como también su decadencia espiritual (1 Reyes 11). Fue Salomón quien construyó el glorioso templo en Jerusalén (capítulos 5-8). Después de la muerte de Salomón el reino se dividió en dos partes (1 Reyes 12), el reino del norte de Israel y el reino del sur de Judá. El profeta prominente en 1 Reyes es Elías.

 

2 Reyes continúa la historia de la monarquía dividida hasta la cautividad de Babilonia. En 2 Reyes leemos sobre la decadencia y caída del reino del norte Israel ante Asiria (capítulo 17) y la decadencia y caída del reino sureño de Judá ante Babilonia (capítulos 24-25). El profeta prominente en 2 Reyes es Eliseo.

 

Rut registra los fascinantes eventos que tuvieron lugar hacia el final del período de los jueces. Rut y su esposo están mencionados en la genealogía de Cristo (Mateo 1:5).

 

Los Salmos, que en su conjunto forman el himnario hebreo, se relacionan con el Rey David, puesto que él escribió tantos de ellos. Estos cánticos son muy personales y preciosos y hacen milagros al corazón cuando el creyente contempla la grandeza de Dios y Su misericordia.

 

Proverbios (sabiduría práctica presentada en forma de versos), Eclesiastés (el hombre tratando en vano de encontrar satisfacción “debajo del sol”, aparte de Dios), y el Cantar de los Cantares (una canción de amor) fueron todos escritos por Salomón, el hijo de David.

 

1 Crónicas trata mayormente de David; 2 Crónicas cubre el mismo período como los dos libros de Reyes—desde Salomón hasta el Exilio (la Cautividad Babilónica).

 

 

Esdras y Nehemías, junto con los nueve libros ya descritos (Génesis hasta 2 Reyes), relatan el avance del transcurso de la historia. Los eventos del libro de Ester tuvieron lugar durante el tiempo comprendido en el libro de Esdras, en el reino de Persia.

 

Esdras tuvo lugar después de los 70 años de cautividad. En realidad, Esdras son dos libros en uno. El primer libro (capítulos 1-6) trata de Zorobabel, el gobernador y Josué, el sumo sacerdote cuando un pequeño grupo de judíos regresaron a Jerusalén para reconstruir el templo. El segundo libro (capítulos 7-10) es sobre Esdras, el escriba. Entre estos dos libros hay un intervalo de tiempo de alrededor de 58 años. Los eventos de Ester sucedieron durante este intervalo.

 

Nehemías trata de la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Este es el último libro histórico del Antiguo Testamento. El libro profético que corresponde a este período de la historia es Malaquías.

 

Ester tiene lugar en Persia. El Nombre de Dios no se menciona en ninguna parte de este libro, pero la mano providencial de Dios es vista en todas partes.

 

Lo siguiente explica con mayor detalle cómo concuerdan estos tres libros.

 

TRES LIBROS Y CUATRO HISTORIAS VERÍDICAS

 

El libro de Esdras es un libro muy interesante. En realidad son dos libros en uno. Encontramos el primer libro en los 6 primeros capítulos y encontramos el segundo en los últimos cuatro capítulos. Entre los capítulos 6 y 7 hay un espacio de tiempo de como 58 años.

 

 

LIBRO NÚMERO 1

 

LA HISTORIA DE ZOROBABEL

 

Esdras capítulos 1-6

 

 

ENTRE LOS CAPÍTULOS 6 Y 7 ENCONTRAMOS:

 

¡Un intervalo de como 58 años! Durante este tiempo sucedieron todos los eventos del libro de Ester.

 

 

LIBRO NÚMERO 2

 

LA HISTORIA DE ESDRAS

 

Esdras capítulos 7-10

 

 

DESPUÉS DE ESDRAS CAPÍTULO 10, sucedieron todos los eventos del libro de Nehemías.

De  modo que, aunque tenemos tres libros (Esdras, Nehemías, Ester), tenemos en realidad cuatro historias:

 

1. LA HISTORIA DE ZOROBABEL (Esdras capítulos 1-6)

 

2. LA HISTORIA DE ESTER (el libro de Ester)

 

3. LA HISTORIA DE ESDRAS (Esdras capítulo 7-10)

 

4. LA HISTORIA DE NEHEMÍAS (el libro de Nehemías)

 

 

Hasta aquí hemos comentado todos los libros del Antiguo Testamento, excepto lo libros proféticos (los profetas mayores y menores). Para entender cómo estos libros se relacionan con la historia de Israel, debemos repasar la historia de Israel. Las fechas claves que tenemos que recordar son éstas:

 

Abraham: aproximadamente 2000 A. C.

 

Moisés:    aproximadamente 1500 A. C.

 

David:     aproximadamente 1000 A. C.

 

Los primeros tres reyes de Israel (Saúl, David y Salomón) gobernaron sobre toda la nación. En ese tiempo el reino estaba unido, aunque Absalón, el hijo de David, se rebeló contra su padre y trató infructuosamente de robarle el reino. Después de la muerte de Salomón, el reino fue dividido en dos. Roboam, el hijo de Salomón fue rey sobre el reino del sur que consistió de dos tribus, Judá y Benjamín. El reino del sur llegó a conocerse como el reino de Judá (la tribu de Judá era mucho más grande que la tribu de Benjamín). Jeroboam llegó a ser el rey del reino del norte que consistía de diez tribus, siendo Efraín la mayor. Este llegó a conocerse como el reino de Israel. Por cuanto Efraín era la tribu más grande, el reino de Israel era llamado a veces sencillamente “Efraín” (encontramos esto en el libro de Oseas y en otras partes—ver Isaías 11:13).

 

Los reyes del reino del norte de Israel fueron, sin excepción, reyes malos. De cada uno de ellos se dice, “hizo lo malo ante los ojos de Jehová.” Jeroboam, el primer rey, dio comienzo a un modelo de infame idolatría que fue continuada por todos reyes siguientes. De modo que el reino del norte iba camino a la colisión con el juicio de Dios. Esta colisión sucedió en el año 722 A.C. cuando los asirios conquistaron el reino del norte y su capital Samaria y se llevaron cautiva a mucha gente.

 

En el reino del sur de Judá hubo algunos reyes buenos (como Asa, Josafat, Ezequías y Josías) y algunos reyes malos  (como Acaz y Manasés). El reino de Judá duró más que su vecino del norte, pero finalmente siguió el mismo curso de pecado e idolatría terminando con el juicio de Dios a mano de los babilonios. Aunque Babilonia conquistó Jerusalén en tres etapas diferentes, la fecha clave es el año 586 A.C., cuando la ciudad y el templo fueron destruidos. El siguiente diagrama resume estos eventos clave de la historia de Israel:

 

 

Los libros proféticos se describen a menudo como MAYORES o MENORES. Esto no significa que los profetas mayores sean más importantes que los profetas menores. Cada profeta habló y escribió la Palabra del Señor y su mensaje fue vitalmente importante para su audiencia original y también son vitalmente importantes para nosotros hoy. MENOR y MAYOR se refieren meramente al tamaño de los libros. Los profetas mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) son libros largos que tienen cada uno muchos capítulos; los profetas menores son libros muy cortos con pocos capítulos (Nahum y Abdías solo tienen un capítulo cada uno). Los profetas menores son doce libros comenzando con Oseas y terminando con Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento. El Señor Jesús se refirió a todos los libros proféticos simplemente como “los profetas” (Lucas 24:44 y comparar con el v. 27).

 

Una manera más útil de clasificar los libros proféticos es ordenarlos de acuerdo a su relación con la cautividad babilónica. Los libros que fueron escritos antes de la cautividad babilónica se llaman los libros pre-exílicos; los que fueron escritos durante la cautividad son llamados los libros exílicos; los que fueron escritos después de la cautividad se llaman los libros post-exílicos. Considere lo siguiente:

 

 

Nótese que Jeremías (que también escribió Lamentaciones) advirtió al pueblo del juicio venidero de Babilonia, pero él también entregó al pueblo el mensaje de Dios durante el exilio (durante la cautividad).

 

Los profetas pre-exílicos son Abdías (trata con los edomitas [descendientes de Esaú] y su destino final), Joel (enfatiza el “día de Jehová”), Jonás (el mensajero de Dios a los malvados asirios), Amós (mensaje al reino del norte de Israel), Oseas (destaca la infidelidad de Israel), Isaías (mensaje al reino del sur de Judá), Miqueas (contemporáneo de Isaías cuyo mensaje también iba dirigido a Judá), Nahum (juicio sobre Asiria), Sofonías (mensaje a Judá), Habacuc (explica la invasión de Babilonia que sucedería pronto).

 

Daniel y Ezequiel son los dos profetas que ministraron DURANTE la cautividad.

 

Hageo y Zacarías animaron al pequeño remanente que regresó a reedificar el templo (esto corresponde a Esdras capítulos 1-6). Malaquías fue la palabra final de Dios antes de los 400 años de silencio. En este tiempo la nación se encontraba en un estado descarriado.

 

Esto concluye nuestro estudio de los libros del Antiguo Testamento y cómo se relacionan con la historia de Israel. El siguiente capítulo muestra como se relacionan los libros del Nuevo Testamento.