ROMANOS

CAPÍTULO 4

Introducción

Las PALABRAS CLAVE de Romanos capítulo 4 son “creer” y “fe”. Estas palabras clave se encuentran en Romanos 4, versículos 3, 5, 11, 12, 13, 14, 16, 18, 19, 20 y 24. La justificación es por fe y no por obras. ¿Cómo sabemos ésto? El Antiguo Testamento lo pone de manifiesto (como se demuestra por Abraham y David).

Romanos 4:1

¿Cómo fue justificado Abraham? ¿Cómo fue salvo? ¿Cómo obtuvo Abraham la justicia de Dios? ¿Cuál fue la verdad en su caso? ¿Qué encontró Abraham? ¿Qué descubrimiento hizo Abraham? Aplicación: ¿Has descubierto tú la justicia de Dios? ¿Has encontrado tú el camino de salvación de Dios? Tristemente, la mayoría de las personas nunca hacen este descubrimiento.

Romanos 4:2

Para esclarecer el tema, Pablo asume algo que no es cierto. “Supongamos que Abraham fue justificado por obras. Si esto fuera cierto, él tendría motivos para vanagloriarse”. Para ver como la vanagloria (alardear, alabarse, jactarse, enorgullecerse, presumir, creer en sus propios méritos, etc.) está totalmente excluida de la salvación genuina, ver Romanos 3:27 y Efesios 2:8-9. Hay una sola clase de gloriarse que es aceptable a Dios: GLORIARSE EN EL SEÑOR (1 Corintios 1:29, 31), es decir, dar todo el reconocimiento y toda la alabanza a Dios por lo que ÉL HA HECHO (enorgullecernos de nuestro SALVADOR).

Es obvio que ningún pecador se jactará jamás delante de Dios (ver 1 Corintios 1:29 y las últimas cuatro palabras de Romanos 4:2), de modo que es evidente que Abraham no puede haber sido justificado por obras.

Nota: ¿Cómo podemos saber si una persona se está vanagloriando en sí misma o en el Señor? ¿Cómo podemos saber si una persona está confiando en sí misma o en Cristo? A veces una pregunta cómo ésta puede ser reveladora: “SI ESTUVIERAS ANTE EL DIOS VIVO, QUE ES EXELSO EN SANTIDAD, Y ÉL TE DIJERA, ‘¿QUÉ DERECHO TIENES DE ESTAR EN MI SANTA PRESENCIA?' ¿QUÉ LE DIRÍAS?” Escucha la respuesta con atención y ve si la persona está confiando en SÍ MISMA o si está confiando en JESUCRISTO.

Romanos 4:3

¿Abraham fue salvo (justificado) por obras o por fe? Esta pregunta es crucial. Todas las religiones del mundo (incluyendo los cultos e ismos) enseñan algún tipo de SALVACIÓN POR OBRAS – que el hombre tiene que hacer ciertas cosas y que el hombre tiene que cumplir ciertos requisitos para ser salvo y ganarse el favor de Dios. El camino de salvación de Dios es totalmente diferente. El hombre ha fallado completamente en alcanzar los justos requisitos de Dios (Romanos 1-3), pero Dios, por medio de Cristo, ha hecho posible que el hombre pecador sea salvo y sea justificado.

Este versículo enseña que LA BIBLIA es la única autoridad en materia de fe y de práctica. La Biblia y solamente la Biblia da respuesta a las preguntas más importantes de la vida. “¿QUÉ DICEN LAS ESCRITURAS?” ¿QUÉ DICE LA BIBLIA? Esto es lo único que realmente importa. No importa lo que diga el papa o el príncipe o el sacerdote o el pastor. Lo único importante es lo que Dios dice.

¿Por qué escogió Pablo a Abraham como el primordial ejemplo de cómo una persona es salva? Abraham es estimado grandemente por millones de personas en el mundo entero. Para los judíos, él es su más notable y distinguido patriarca, el padre de la nación judía. Para los musulmanes, él es igualmente apreciado, porque Abraham es el padre de Ismael quien es el padre de los árabes. Quizás podríamos usar ésto como un medio para testificar a judíos y musulmanes. “¿Alguien ha compartido con usted alguna vez cómo Abraham llegó a ser un hombre justo?”

¿Cómo fue justificado Abraham? La Biblia responde a ésto con mucha claridad. Pablo cita Génesis 15:6. Esta Escritura enseña claramente que Abraham fue justificado POR FE. “El creyó a Dios” y así fue justificado. Este versículo no dice absolutamente nada sobre obras. ¿Cómo es salva una persona hoy? Ver Efesios 2:8-9 (igual como Abraham). Todos los hombres en todos los tiempos siempre han sido salvos de una sola manera: “POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE.” Sin embargo, el contenido de la fe no ha sido siempre el mismo. Por ejemplo, ¿qué tenía que creer Abraham para ser salvo (ver Génesis 15:5 y compare con Génesis 12:1-3)? ¿Qué tienen que creer las personas hoy para ser salvas (ver Gálatas 2:20; Romanos 10:9; 1 Corintios 15:1-4, etc.)?


¿QUÉ TIENE QUE HACER UNA PERSONA PARA SER SALVA?Esto ha sido lo mismo en todo tiempo. Tienes que creer a Dios y tienes que tomar a Dios por Su Palabra. Tienes que confiar en un Dios fiel. La salvación es por fe. La salvación está basada siempre y para siempre en la sangre derramada de Cristo.

¿QUÉ TIENE QUE CREER UNA PERSONA PARA SER SALVA?Esto no ha sido siempre lo mismo en todo tiempo, porque Dios no ha revelado la misma verdad a cada generación. Toda persona es responsable por la revelación que Dios le ha dado. A quién mucho ha sido dado, mucho se le pedirá.


De acuerdo con Romanos 4:3, Dios contó la fe de Abraham por justicia. La fe de Abraham le fue contada a Abraham por justicia. De esto se trata la justificación. Piensa en una cuenta bancaria. En y por ti mismo, ¿cuánta justicia tienes en tu cuenta bancaria (Romanos 3:10)? Como creyente en Cristo, ¿qué tienes en tu cuenta bancaria (ver Romanos 3:22)? Dios puso SU justicia en mi cuenta bancaria.

Piensa en una página de contabilidad. Dios exige que en esta página se encuentre una justicia perfecta. Pero cuando miro mi hoja, me doy cuenta que no tengo ninguna justicia (Romanos 3:10; Isaías 64:6). Pero habiendo sido colmado con las buenas nuevas del evangelio, yo escribo las siguientes palabras en mi hoja: “Yo creo en el Señor Jesucristo con todo mi corazón. ÉL ha muerto y ha resucitado por mí.” Dios toma en cuenta lo que he escrito y dice, “Cuento esto como justicia.” Y solamente sobre esta base yo puedo ser justificado.

¿Has considerado alguna vez la maravilla de 2 Corintios 5:21? ÉL tomó mi pecado y yo tomo Su justicia. ¡Qué intercambio tan glorioso!

Romanos 4:4

Este versículo describe a la persona que obra. El versículo siguiente (v.5) describe a la persona que no obra (el creyente). La persona que obra (v.4) espera una recompensa para su obra. El cree que con sus buenas obras puede ganar la salvación y el favor de Dios. Note el contraste en estos versículos:

             El Sistema de Obras

       El Camino de la Fe

 
La persona que obra (v.4)


 
La persona que no obra (v.5)

 
La persona religiosa (v.4) que se cree justa


 
La persona que cree (v.5) que es impía aparte de Cristo


 
DEUDA— lo que Dios me debe


 
GRACIA— lo que Dios me da


 
Salario -– lo que me he ganado


 
Dádiva – lo que no merezco


 
Jactarse (v.2) – “Mira lo que he hecho para ganar mi salvación y conseguir el favor de Dios”.


 
Gratitud – Cuán gran deudor de la gracia soy continuamente

Si Dios nos diera lo que merecemos, ¿qué sería eso (Romanos 6:23; 1:29-32; etc.)? Dios no nos debe la salvación, pero ÉL nos da la salvación por Su gracia por medio de Cristo. Por sus obras el hombre pecador solo se ha ganado condenación y castigo y muerte eterna.

Romanos 4:5

La mayoría de la gente hoy cree que la manera de salvarse es “SER BUENA”. Ellos creen y enseñan que la salvación se gana siendo buenos (de acuerdo a cualquier concepto de “bueno” que tengan). Romanos 4:5 enseña que el camino para ser salvo no es ser bueno, sino es creer. Nadie de nosotros es lo “suficientemente bueno” como para alcanzar el nivel de santidad y perfecta bondad que Dios requiere.

“Señor, yo no soy bueno. No soy recto. No soy santo. No soy justo. Soy un pecador culpable, sin defensa y sin esperanza. Mi única esperanza es venir ante un Dios bondadoso  y misericordioso. Yo creo en tu Hijo, el Señor Jesucristo y creo que ÉL derramó Su sangre por mí y que pagó totalmente la pena del pecado. Confío en Ti para salvarme y para hacer de mí la persona que debo ser. Puedo ser bueno, pero sólo por Tu gracia salvadora”.

“Mas al que no obra” – Cuando una persona no está obrando, está descansando. La salvación (justificación) no es obrar, sino es DESCANSAR sobre la obra de Otro (la obra consumada por Cristo en la cruz – Juan 19:30). La fe en Cristo del creyente le es contada por justicia (tal como en el caso de Abraham –versículo 3).

Muchas personas no son salvas porque no se ven a sí mismas como IMPÍAS, y así ellos no ven la necesidad de ser salvos. Necesitamos vernos tal como Dios nos ve. ¿Cómo te describe Dios en Romanos 5:6? ¿En Romanos 5:8? ¿En Romanos 5:10?

De manera que en Romanos 4:4-5 hay un gran contraste entre quienes OBRAN y quienes NO OBRAN (creyentes). Hay una diferencia cielo/infierno entre los dos grupos. Toda la gente religiosa del mundo (incluidos todos los cultos e “ismos”) pueden ser descritos por la palabra “HACER”. Esta sola palabra resume su religión de obras. Ellos están tratando de hacer ésto y aquello para ganarse la aceptación de Dios. El cristianismo bíblico (el camino de salvación de Dios) puede resumirse en una palabra “HECHO”. “Mi alma descansa completamente sobre lo que Cristo ha HECHO en la cruz por mí”. ¿Cuál palabra te describe a ti? ¿Estás ocupado HACIENDO o estás descansando en la obra acabada de Jesucristo que ya ha sido HECHA?

Romanos 4:6—La Tres Grandes Imputaciones

La palabra “imputar” significa atribuir, adjudicar, asignar, poner a la cuenta de una persona. La Biblia menciona

TRES GRANDES IMPUTACIONES

 

  1. EL PECADO DE ADÁN FUE IMPUTADO A TODA LA RAZA HUMANA (Romanos 5:12). “En la caída de Adán, todos pecamos”. Ver también Romanos 5:18-19. Dios ve como culpable a todo el mundo.
  1. EL PECADO DE LA HUMANIDAD FUE IMPUTADO A JESUCRISTO CUANDO MURIÓ EN LA CRUZ (2 Corintios 5:21). ÉL fue “hecho pecado por nosotros”. Los pecados de todo el mundo fueron puestos sobre Jesucristo, el Cordero de Dios (Juan 1:29 y 1 Juan 2:2). Dios ve que para todos se ha provisto salvación.
  1. LA JUSTICIA DE DIOS ES IMPUTADA AL PECADOR QUE CREE EN JESUCRISTO (Romanos 4:6 y ver también 2 Cor. 5:21 Y Romanos 3:22; y 4:5). Dios ve al creyente como perfectamente justo en Jesucristo. Un pecador no se beneficia de todo lo que Cristo realizó en la cruz hasta que cree en ÉL.

Los dos primeros son hechos. El tercero llega a ser verdad sólo por fe (ver Romanos 5:17).

 

Romanos 4:6-8,  El Ejemplo de David

David vivió bajo la economía Mosaica (la dispensación de la ley). ¿Cómo fue salvo? ¿Por guardar la ley de Dios? ¡NO! En realidad David fue un quebrantador de la ley (ver 2 Samuel 11 — un adúltero). David fue salvo igual como Abraham fue salvo y de la misma manera en que la gente es salva hoy en día: POR GRACIA POR MEDIO DE LA FE (Efesios 2:8-9). Estos versículos muestran que David fue justificado (la justicia de Dios le fue imputada) igual que Abraham. David fue justificado “sin (totalmente aparte de) obras” (v.6). La expresión idéntica, “sin obras” se encuentra en Romanos 3:28.

Una vez más, Pablo recurre a las Escrituras para probar su punto. El cita el Salmo 32:1-2 que fue escrito por David. Note que la maravillosa doctrina de la justificación incluye también la gloriosa verdad del PERDÓN. El perdón es descrito aquí de tres maneras:

  1. La iniquidad (maldad, perversidad) ha sido perdonada.
  2. Las trasgresiones (que son muchas y son grandes) han sido cubiertas.
  3. El pecado (del cual soy verdaderamente culpable) NUNCA será cargado a mi cuenta (la doble negación en griego se usa para recalcar la negación: “NUNCA JAMÁS”).

Note el énfasis en la palabra BIENAVENTURADO (FELIZ). Ver Romanos 4:6, 7, 8, 9. La llave para la verdadera felicidad no es riqueza ni éxito ni popularidad o realización intelectual o poder o cualquier otra cosa que la gente se esfuerza por alcanzar. La persona que es realmente bienaventurada y feliz, es la persona que por fe en Jesucristo SABE que sus pecados han sido completamente cubiertos y perdonados. Sabe que todo está bien entre él y su Creador.

¿Alguna vez has considerado la plenitud y la maravilla del perdón de Dios hecho posible solamente por la cruz de Cristo? Considera los pasajes siguientes:

 

  1. Miqueas 7:19 – Mis pecados se han ido para siempre. Nunca más volverán a aparecer.
  2. Jeremías 50:20 – Mis pecados nunca serán hallados.
  3. Salmos 103:10-12 - ¿Cuánto hizo alejar Dios mis rebeliones? (Nota: la distancia de sur a norte es finita, pero la distancia de este a oeste es infinita. Puedes caminar hacia el oeste por siempre, pero no puedes caminar por siempre hacia el norte).
  4. Isaías 38:17 – Mis pecados están completamente fuera de vista.
  5. Isaías 44:22 – Mis pecados han sido deshechos.
  6. Isaías 1:18 – Mis pecados han sido blanqueados [rojo+rojo=blanco]
  7. Hebreos 10:16 -(doble negación en griego). Mis pecados nunca serán recordados por Dios
  8. Levítico 16:20-22 – El mensaje del macho cabrío: PIÉRDETE.
  9. Juan 1:29 – “quitado”. Mis pecados fueron totalmente quitados (lanzados al espacio).
  10. Hebreos 9:26 – “quitar” = apartar. ¿Cómo? Por el sacrificio por el pecado. Dios no puede ignorar el pecado o pasarlo por alto. ÉL tiene que tratar con él y juzgarlo. ÉL hizo ésto en la Persona de nuestro bendito Sustituto, el Señor Jesucristo.

¿Dónde estaríamos si no hubiera tal cosa como el perdón divino? ¡Cuán maldito es el hombre a quien el Señor inculpa de pecado (compare Romanos 4:8)! ¡Cuán terrible es el pensamiento de una persona muriendo EN SUS PECADOS (ver Juan 8:21, 24)! ¿Qué sucedería contigo si Dios tratara contigo según tus pecados, es decir, te diera el castigo que tus pecados merecen (Salmo 103:10)? ¿Qué te sucedería si Dios te recompensara de acuerdo a tus iniquidades (Salmo 103:10)? ¿No es mejor dejar que Dios trate contigo según SU gracia y misericordia (Salmo 103:8)? Si el Señor mirare a los pecados, ¿quién podrá mantenerse (Salmo 130:3)? Si se hiciera estricta justicia y Dios escrutara tu vida y recordara cada pecado y te procesara, ¿cómo te las verías? ¿Estás agradecido por el Salmo 130:4? ¿Has experimentado tú personalmente el perdón de Dios? ¿Conoces la bienaventuranza del hombre a quién el Señor nunca inculpará de pecado?

Hay una lápida que tiene una sola palabra en ella: PERDONADO. Esa palabra es lo más importante que pueda decirse de la persona. El perdón solo se encuentra en Jesucristo (Efesios 1:7).

Romanos 4:9

Circuncisión = los judíos

Incircunsición = los gentiles

¿Quién recibe la bendición de la justificación de Dios? ¿Quién se beneficia de la bienaventuranza del perdón de los pecados? ¿Esta bendición es sólo para los judíos o es también para los gentiles? [Un judío es alguien que desciende de Abraham, Isaac y Jacob; gentil es todo aquel que no es judío]. Cuando se trata de justificación y perdón, ¿tienen los judíos un monopolio? Uno podría pensarlo así dado los hombres que Pablo cita como ejemplos: Abraham es considerado el padre de los judíos y David era el rey más famoso de los judíos. ¿Qué de los gentiles? ¿Hay alguna bendición para ellos? Pablo responde esta pregunta en otra parte del libro de Romanos: ver Romanos 3:22 (la justificación de Dios es para todo aquel que cree) y Romanos 3:29 y Romanos 10:12-13.

Romanos 4:9b-10

Una vez más Pablo se refiere a Génesis 15:6, el pasaje clave que muestra que Abraham fue justificado por fe. Basándose en este pasaje, Pablo hace una pregunta importante en el versículo 10: Cuando Abraham fue justificado (en Génesis 15:6), ¿él era un judío o un gentil? ¿El estaba circuncidado o incircuncidado? Qué fue primero, ¿su salvación o su circuncisión? La respuesta es muy obvia. Abraham fue salvo (Génesis 15) mucho antes de ser circuncidado (Génesis 17:24). De hecho, después que Abraham fuera salvo nació su hijo Ismael (Génesis 16:11) y este niño tenía 13 años de edad cuando Abraham fue circuncidado (Génesis 17:25). De modo que Abraham fue justificado y luego, más de 13 años después, él fue circuncidado. Como Stifler dijo en su comentario de Romanos: “Pablo puso de cabeza la jactancia de los judíos. No es el gentil el que tiene que adoptar la circuncisión de los judíos para ser salvo; es el judío el que tiene que venir a la fe gentil, esa fe que tenía Abraham mucho antes de ser circuncidado”.

Romanos 4:11-12

La circuncisión significa dos cosas: 1) UNA SEÑAL – las señales están para indicar algo, y en este caso, la circuncisión indicaba hacia la fe que Abraham tenía y hacia la justicia que se le acreditaba; 2) UN SELLO—los sellos se utilizaban en el mundo antiguo para demostrar que un documento era auténtico (si recibías una carta del rey y ésta traía el sello del rey, sabrías que era un documento genuino y que no era una carta falsificada). La circuncisión de Abraham indicaba la autenticidad y realidad de su fe. Abraham no fue justificado porque fue circuncidado; él fue circuncidado porque había sido justificado. Lo mismo es válido hoy en día con el bautismo en agua. Un hombre no es salvo porque ha sido bautizado en agua; él es bautizado en agua porque ha sido salvo. No es el rito el que hace justo a un hombre ante los ojos de Dios. Primero tienes que estar bien ante los ojos de Dios (por fe) y luego, lo apropiado es el bautismo.

Abraham es el padre de TODOS LOS QUE CREEN (Romanos 4:11). El es el padre de los fieles. Todo verdadero creyente puede decir, “Abraham es mi padre y yo soy su hijo”. Todo creyente gentil puede decir ésto (Romanos 4:11) y todo creyente judío puede decir ésto (Romanos 4:12). Los judíos incrédulos pueden alegar una descendencia física, pero cuando se trata de la fe, ellos no llevan la marca de la familia (ver Mateo 3:7-10 y Juan 8:33, 37, 38, 39-44). Los hijos deberían parecerse a sus padres, y los incrédulos no se asemejan espiritualmente a Abraham, que era un creyente.

Los otros pasajes que enseñan que Abraham es el padre espiritual de los creyentes son Romanos 4:16 y Gálatas 3:7, 8, 9, 14, 26-29 (los que pertenecen a Cristo por fe son la simiente de Abraham) y compare Lucas 19:9. El relato de Lucas 16:19-31 es muy interesante a la luz de lo que acabamos de aprender. ¿Quién es el “Padre” (Lucas 16:24) que es visto en el paraíso? De hecho, el nombre mismo de ese lugar es llamado “el seno de Abraham” (v. 22). Ese es el lugar al cual van los creyentes y Abraham es el padre de los creyentes. La tragedia es que el hombre rico nunca conoció a Abraham como a su padre espiritual (v. 24). El era rico, pero no era rico en fe (comparar Santiago 2:5).

Físicamente, Abraham no era solamente el padre de los judíos (los que vienen de Isaac y Jacob), sino también era el padre de los que vienen de Ismael (los árabes) y de los que vienen de Esaú (los edomitas). Espiritualmente, Abraham es el padre de todos los que creen, tanto judíos como gentiles. Génesis 22:17 quizás sea una referencia tanto a su descendencia terrenal o física (“arena”) como a su simiente celestial o espiritual (“estrellas”).  O también puede ser dos maneras distintas de decir la misma cosa – que la descendencia de Abraham sería innumerable.

¿Estás tú siguiendo en “las pisadas de la fe” de Abraham (Romanos 4:12)? ¿Llevas la semejanza familiar? ¿Tomas a Dios por Su Palabra? ¿Crees en el mismo Dios en el cual confiaba Abraham?

Romanos 4:13

Recuerda el contexto. La palabra clave del capítulo es “fe” (“creer”). Hijos de Abraham son “todos aquellos que creen” (v.11). Necesitamos tener el parecido familiar. Tenemos que seguir las pisadas de la fe de Abraham (v. 12). Debemos creer como él creía. Necesitamos tomar a Dios por Su Palabra tal como lo hizo Abraham (v.3).

Heredero = poseedor

La promesa mencionada en el versículo 13 no se encuentra con exactamente las mismas palabras en ninguna parte del Antiguo Testamento. En ninguna parte del Antiguo Testamento Dios dice, “Abraham, tú serás el heredero del mundo”. No hay tal versículo. Esta es la manera de Pablo de describir las bendiciones y las riquezas que pertenecerían a Abraham y a su simiente.

Note que esta promesa no es sólo para Abraham, sino también para toda su descendencia (ver v. 13 y v. 16 – “para toda su descendencia”). De modo que la promesa es para Abraham y para todos sus hijos espirituales (“todos los creyentes” –v.11). La promesa es que Abraham y todos los creyentes serán herederos del mundo y que poseerán la tierra.

Ver Mateo 5:5 – “los mansos heredarán la tierra” (“manso” no significa débil; se refiere a una persona que ha sido quebrantada  y que se ha sometido a la voluntad de Dios). Ver Mateo 25:34—cuando Cristo regrese a la tierra, algunos heredarán el reino. Lo poseerán y lo disfrutarán. Otros estarán excluidos (ver v. 41).

Ver Lucas 13:27-29. Algunos están en el reino (incluidos) y otros estarán fuera (excluidos). Abraham y otros creyentes están incluidos. Ellos poseerán el mundo y disfrutarán el reino. Los que no son de la simiente de Abraham (los incrédulos) no serán herederos (ellos serán excluidos del reino).

La verdadera Simiente de Abraham es nadie menos que el Señor Jesucristo (ver Gálatas 3:16). Es Jesucristo (el Mesías de Dios, el Rey ungido de Dios—Salmo 2:1-2) quien poseerá la tierra de acuerdo con el Salmo 2:8 (comparar también v. 12). La tierra le pertenece a ÉL. Es Su Reino. Abraham y toda su descendencia espiritual (creyentes) compartirán las bendiciones de este reino.

De modo que la expresión “herederos del mundo” significa esencialmente “participar del reino de Cristo”. De acuerdo con Romanos 4:13, ¿cómo llega una persona a ser participante del reino? ¿Cómo llega una persona a ser heredero del mundo? No por medio de la ley, sino por medio de la fe. Si fuera por medio de la ley, esto incluiría lo siguiente: obras, tratar de cumplir las demandas de Dios como han sido dadas en la ley, tratar de ganar el favor de Dios obedeciendo la ley de Dios, tratar de ganar las bendiciones de Dios, tratar de hacerse digno, tratar de obtener una recompensa como pago por un trabajo realizado, esforzarse, esmerarse, etc. La fe opera bajo un principio totalmente diferente: Dios da y yo recibo. No merezco nada de ello, pero Dios me da lo que no merezco (eso es gracia).

Romanos 4:14

A modo de argumento, Pablo asume algo que no es verdad. Aquí hay grandes contrastes: la ley o la gracia; las obras o la fe; el sistema de méritos o la dádiva y el inmerecido favor de Dios; cumplir la ley de Dios o creer en la promesas de Dios. La ley requiere obediencia perfecta; la salvación requiere de la gracia y de la misericordia de Dios. El camino de la ley está basado en los mejores esfuerzos del hombre, que nunca son suficientes; el camino de la fe se basa en la obra acabada de Cristo en la cruz (Juan 19:30), que es totalmente suficiente. La ley de Dios condena absolutamente al mejor hombre; la asombrosa gracia de Dios justifica gratuitamente al peor de los hombres. Por la ley el pecador está condenado y bajo la ira de Dios, por la gracia, el pecador es salvo y está bajo las alas de Dios. La ley y la gracia siempre son principios opuestos (ver Romanos 11:6).

Si los que son de la ley son los herederos, entonces no es mi fe lo que cuenta, sino lo que cuenta son mis obras. Tengo que ganarme el camino al reino por mis obras y por mi obediencia a la ley. Por supuesto, llegar a ser salvo por la ley es totalmente imposible (ver Lucas 10:25-28—“haz esto y vivirás”, pero ningún pecador es capaz de hacer jamás estas cosas). De modo que la promesa quedaría sin efecto. Nadie podría ser heredero y nadie podría entrar en el reino. Todos los injustos violadores de la ley quedarían excluidos (comparar 1 Cor. 6:9-10 y Efesios 5:5).

Romanos 4:15

La ley solo produce ira. La ley solo puede acarrear una maldición, no una bendición (Gálatas 3:10). ¿Por qué? Por mi condición de pecador. Un pecador no puede cumplir la santa ley de Dios, por lo cual soy un violador de la ley. La ira de Dios tiene que caer sobre mí. Los quebrantadores de la ley merecen la muerte. Los que guardan la ley, merecen la vida, pero ¿cuántos de nosotros hemos realmente guardado la santa ley de Dios, perfectamente, todos los días de nuestra vida?

La ley no trae justicia ni bendición ni herencia, sino sólo trae la ira de Dios. Si el hombre pudiera guardar la santa y perfecta ley de Dios, entonces la ley traería vida y bendición (Lucas 10:28). La ley produce ira, porque el hombre pecador quebranta la ley. Donde hay ley, hay trasgresión, y donde hay trasgresión, tiene que venir la ira de Dios. La ley produce ira, condenación y muerte (comparar 2 Corintios 3:7, 9). Cuán torpes son aquellos que quieren ponerse bajo las imponentes demandas de la santa ley de Dios. Pablo dice que ni siquiera esas personas guardan la ley (Gálatas 6:13). Pedro está de acuerdo con Pablo (Hechos 15:9-11). El Señor Jesús dijo, “Ninguno de vosotros cumple la ley” (Juan 7:19).

Romanos 4:16

La primera parte de este versículo puede parafrasearse como sigue: “Por cuanto la ley no puede producir otra cosa sino ira, es (la herencia prometida) por fe, para que sea por gracia (la dádiva gratuita de Dios para los pecadores que creen)”.

La justificación por las obras de la ley depende del hombre y tiene que fallar, porque el hombre es un pecador. La justificación por gracia depende sólo de Dios y de la obra acabada de Cristo. Y no puede fallar, porque Dios no puede fallar.

“Sea firme” – Es una cosa segura. La promesa es SEGURA para todo creyente, sea judío o gentil (4:11; 4:16). Bendita seguridad. Todo creyente debería poder decir, “estoy seguro que la herencia prometida es mía. Estoy seguro de ser un heredero (ver el análisis bajo Romanos 4:13).

Abraham es el padre de todo aquel que cree (4:11), sea judío o gentil (4:11; 4:16). El es el “padre de muchas gentes” (4:17). El es el padre espiritual de aquellos que creen de todo linaje y lengua y pueblo y nación (cf. Apocalipsis 5:9).

Si la promesa fuera por la ley, estaría limitada a los judíos, porque a ellos fue dada la ley (ver Romanos 9:4). Pero la promesa fue por gracia, para que todos los creyentes (sean judíos o gentiles) pudieran poseer y disfrutar la promesa.

Romanos 4:17

Note que la primera parte de este versículo es un paréntesis. De modo que la última parte del versículo 16 debería conectarse a lo que sigue al paréntesis: “. . .Abraham, quien es padre de todos nosotros delante (a los ojos de) Dios, a quien (Abraham) creyó, el cual (Dios) da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen”.

La cita que está entre paréntesis se encuentra en Génesis 17:5. Esta asombrosa declaración se encuentra en tiempo pretérito (no “te pondré” sino “te he puesto”). Dios lo dice como si fuera un hecho consumado. En la mente de Dios ya ha sido hecho. Históricamente, Isaac aún no existía cuando Dios dijo estas palabras. En Romanos 8:30 hay un ejemplo similar –“a éstos también glorificó”. En la mente y en el propósito de Dios ya es un hecho.

Abraham puso su fe en un Dios imponente. El se acercó a Dios creyendo que DIOS ES (comparar Hebreos 11:6). El creyó que Dios es un GRAN DIOS que puede hacer dos cosas asombrosas:

  1. QUE DA VIDA A LOS MUERTOS. Dios puede hacer vivir a los que están muertos. Abraham y Sara estaban muertos en el sentido de que ellos no podían dar vida (ver Romanos 4:19 y Hebreos 11:11-12). De la estéril matriz de Sara Dios trajo vida. Luego, cuando a Abraham se le dijo que matara a su único hijo Isaac, él sabía que Dios volvería a dar vida a su hijo muerto, porque sabía que Dios tiene que cumplir Su promesa (Hebreos 11:17-19 y compare con Génesis 22:5). Isaac llegó a ser así un tipo de Cristo que fue ofrecido a la muerte y que fue devuelto a la vida (cf. Hebreos 11:19 y Romanos 4:24-25). Hoy en día, Dios aún está ocupado en dar vida a los que están muertos (Efesios 2:1, 5; Juan 5:24; 6:47; 1 Juan 5:11-12; etc.).
  1. QUE LLAMA LAS COSAS QUE NO SON, COMO SI FUESEN. (ÉL da existencia a cosas que no son). Esto se refiere a las cosas que Dios ha determinado que sucedan, pero que todavía no se han cumplido. Dios nos dijo todo sobre Isaac antes de que él existiera históricamente. Dios anuncia lo por venir desde el principio (Isaías 46:9-11). Por medio de Isaías, Dios nos puede decir todo sobre un rey persa (Ciro), años antes de que él exista y años antes de que él aún tuviera un nombre (ver Isaías 45:1).

Deberíamos notar que la fe de Abraham se basaba en la promesa de Dios. La fe verdadera siempre está asentada sobre los hechos de la Palabra de Dios. Algunas personas piensan que si alguien espera algo con suficiente fe, eso sucederá (sin considerar si Dios lo dijo o no lo dijo). Esto no es verdadera fe bíblica (comparar Romanos 10:17).    

Romanos 4:18

Si Abraham hubiese mirado a Sara y hubiese mirado su situación y sus circunstancias, habría tenido que decir, “ES IMPOSIBLE”. Las circunstancias eran totalmente contrarias y no había manera de que la carne pudiera producirlo (él no podía hacer nada para tener un hijo). Pero Abraham miró hacia el Dios omnipotente y afirmó su fe en las seguras promesas de Dios. Para el hombre es imposible (sin esperanza), pero con Dios todas las cosas son posibles. La Palabra de Dios y la promesa de Dios no pueden fallar.

Romanos 4:19

Muerto” = no estaba capacitado para dar vida (ver Hebreos 11:11-12). Desde el punto de vista físico, era imposible para ellos tener hijos. Estaban demasiado viejos (para ver su edad, ver Génesis 17:17).

Romanos 4:20

“No dudó” – Abraham no vaciló o titubeó o demostró alguna incertidumbre. El no dijo, “Dios cumplirá Su promesa, yo creo al menos que ÉL lo hará. . .espero que ÉL lo hará. . . quizás ÉL lo haga. . . ¿Lo hará?” Dios es glorificado cuando lo tomamos por Su Palabra. La incredulidad deshonra a Dios (ver 1 Juan 5:10). La promesa nunca falla, pero la fe falla cuando dudamos y titubeamos por causa de la incredulidad.

Romanos 4:21

Aquí hay una definición bíblica de la fe (comparar también Hechos 27:25). La persona que cree a Dios es la persona que está persuadida y convencida que Dios hará exactamente lo que ha prometido. DIOS PUEDE. (OMNIPOTENTE).

Romanos 4:22

“Su fe” (ver Romanos 4:3, 5). Abraham fue justificado por fe. El recibió su justificación por fe (4:3), su herencia por fe (4:13) y su posteridad por fe (4:17-19). El no recibió nada por esfuerzo humano.

Romanos 4:23-24

Ahora Pablo presenta la aplicación. ¿Qué tienen que ver Abraham y su fe con la gente que vive hoy? El mismo Dios que salvó a Abraham es el mismo Dios que salva a los hombres hoy y ellos son salvos de la misma manera – “por gracia por medio de la fe” (Efesios 2:8-9). En todos los tiempos, Dios tiene una manera para salvar a los hombres. Yo debo ser justificado de la misma  manera en que Abraham fue justificado. Su justificación debía ser el modelo para mi justificación. Tal como él creyó a Dios, debo hacerlo yo. Tal como él creyó que Dios puede sacar vida de la muerte, también debo hacerlo yo (v.24).

Hay algunas diferencias que debemos considerar. Abraham miraba hacia delante; nosotros debemos mirar hacia atrás. A Abraham se le dio una promesa incumplida; nosotros somos obsequiados con una obra acabada. Note el énfasis futuro de Romanos 4:18 –“ASÍ SERÁ” y contrástelo con el énfasis pasado de Romanos 4:25 – “EL CUAL FUE”. Lo primero indica hacia lo que Dios hará y lo otro señala hacia lo que Dios ha hecho.

Si NOSOTROS creemos en el Dios que levantó a Jesús nuestro Señor de los muertos, entonces nuestra fe nos es contada por justicia. [Usualmente, Cristo es presentado como el objeto de la fe salvadora, pero aquí lo es Dios el Padre. Para entender ésto, ver Juan 5:23-24 y Juan 12:44). El mismo Dios que sacó a Isaac de la muerte (primero en su concepción y luego, en figura, cuando fue ofrecido sobre el altar), es el mismo Dios que levantó a Jesucristo de la muerte. Isaac es un tipo de Cristo (Hebreos 11:19).

Romanos 4:25

Aquí tenemos una completa presentación del evangelio (el evangelio en pocas palabras). Note que los dos grandes hechos del evangelio son la muerte y la resurrección de Cristo (comparar 1 Corintios 15:1-4). Cristo fue dado y entregado por Dios el Padre (cf. Romanos 8:32) y ÉL fue resucitado otra vez por Dios el Padre (v.24). Las palabras “por” o “para” significan “por causa de” o “a cuenta de”. ¿POR QUÉ FUE ENTREGADO CRISTO? Por causa de nuestras ofensas (para expiar mis ofensas). ¿POR QUÉ FUE RESUCITADO CRISTO? A favor de nuestra justificación (para justificarme). Hay un lado negativo: Cristo fue entregado para llevar nuestro pecado con toda su culpa y su castigo. Hay un lado positivo: Cristo fue resucitado para proveer al creyente un nuevo lugar y una nueva posición “en Cristo Jesús”, y sin esa nueva posición no podríamos tener ninguna rectitud y ninguna justicia.

Sin la resurrección no podría haber salvación ni justificación ni perdón (ver 1 Corintios 15:17). Romanos 4:25 no enseña que la cruz no tiene relación alguna con nuestra justificación. La Biblia enseña en otra parte con mucha claridad que la base de la justificación del creyente es la sangre derramada de Jesucristo (ver Romanos 3:24; 4:25; 5:9—“justificados por Su sangre”). El punto aquí es que la resurrección de Cristo también es esencial para nuestra justificación. Como William Newell dice:

“Esto implica que Dios concede al impío que cree una posición en el Cristo resucitado . . . Su muerte y Su resurrección son una sola cosa indivisible, en lo que a la justificación se refiere. Una vez resucitado Cristo, Dios me hace saber: “No solamente fueron quitados tus pecados por la sangre de Cristo, de modo que eres justificado de todo, sino que también lo he resucitado y tendrás tu puesto en ÉL. Te he dado esta fe en un Cristo resucitado y te hago conocer que ahora sólo en ÉL tienes tu puesto y tu posición. Cristo es tu vida y tu justicia.”

Tenemos una posición en un Cristo resucitado y EN ÉL somos perfectamente justos (1 Corintios 1:30 y 2 Corintios 5:21).




 

¿Qué es la Justificación?

1.      Es la declaración hecha por Dios en el cielo concerniente a un hombre de que es justo a la vista de ÉL.

2.      Dios justifica a un hombre sobre la base o fundamento de la “redención que es en Cristo Jesús” (3:24). Véase Romanos 5:6: somos “justificados por (o en) Su sangre”. La sangre es el medio o la causa productora; Dios, la Persona que actúa.

3.      Dios ha obrado judicialmente al declarar culpable a todo el mundo (Romanos 3:19) y vuelve a obrar judicialmente en cuanto al pecador que llega a ser convicto de su culpa y de su incapacidad y cree que la Palabra de Dios, en cuanto al sacrificio expiatorio de Cristo, le es aplicable; llega así a ser “de la fe en Jesús” (3:26). El pronunciamiento judicial de Dios es ahora que el tal creyente aparece justo ante Sus ojos.

4.      Justificar o declarar justo, es, como consecuencia, el acto por el cual Dios imputa al pecador creyente todo el valor de la infinita obra de Cristo en la cruz; además, es el acto por el cual une a este pecador creyente con el Cristo resucitado en gloria, dándole la misma aceptación que Cristo tiene delante de ÉL: de modo que el creyente ya es “la justicia de Dios en ÉL” (Cristo).

Negativamente, pues, Dios al justificar al pecador le computa la expulsión del pecado por la sangre de Cristo. Positivamente, lo coloca en Cristo; ¡es uno con Cristo para siempre delante de Dios!

                                  Por William Newell



 

DIEZ ASPECTOS DE LA JUSTIFICACIÓN

1) La Necesidad de la Justificación

Romanos 3:10 – Nos falta la justicia que necesitamos.
Isaías 64:6 – La justicia que tenemos es inútil, no sirve.
1 Corintios 6:9-10 – Los injustos no heredarán el reino de Dios.

2) El Significado de la Justificación

“Justificar” – piensa en la palabra “recto”.
“Justificación” – piensa en la palabra “rectitud”.
“JUSTIFICAR” significa “declarar o pronunciar recto”. Es un término judicial (ver Deuteronomio 25:1).
“Justificar” no significa “hacer recto” (ver Lucas 7:29—la gente no “hizo” recto a Dios, ellos afirmaron que ÉL era recto).
Lo contrario de Justificación  es CONDENACIÓN (Deuteronomio 25:1; Romanos 5:16-19).

3) El Problema de la Justificación

Romanos 3:26 -- ¿CÓMO PUEDE DIOS SER JUSTO Y AL MISMO TIEMPO JUSTIFICAR AL PECADOR CREYENTE? ¿Cómo puede un Dios justo justificar a una persona culpable e impía (Romanos 4:5)? Sin la cruz del Calvario no puede haber solución.

4) La Base de la Justificación

“Justificado por Su sangre” (Romanos 5:9).
La muerte sustitutiva de Cristo es la única base de la justificación de hombres pecadores (1 Pedro 3:18; 2 Corintios 5:21; Isaías 53:6).

Todas las demandas de la justicia divina han sido completamente satisfechas por la obra acabada de Cristo en la cruz. Dios juzgó a Su Hijo (Romanos 8:3; 2 Cor. 5:21) para que pudiera justificar al pecador creyente (Rom. 4:5). Mi Sustituto tomó mi pecado para que yo pudiera recibir Su justicia (Isaías 53:6; 2 Cor. 5:21). La muerte de Cristo es la única base para la justificación; de otro modo la muerte de nuestro Salvador habría sido “en vano” (Gálatas 2:21).

5) La Fuente de la Justificación

“Justificados gratuitamente por Su gracia” (Romanos 3:24).
Todo es de Dios y todo es por gracia. No merecemos en absoluto el don de Dios de la justificación (comparar Romanos 5:15-16). El publicano no la merecía (Lucas 18:13-14) y los “impíos” no la merecen (Romanos 4:5).
Dios, en Su gracia, la proveyó, la ofrece a todos y la da a todo aquel que cree.

6) La Vía de la Justificación

“Justificado por fe” (Romanos 3:28; 5:1)
¿Cómo adquiere el pecador esta perfecta justicia? Se recibe “por fe”.
La base de la justificación del pecador es la muerte de Cristo y se la apropia por medio de la fe. El don gratuito de la justificación de Dios debe ser “recibido” personalmente (Romanos 5:17)

7) El Ejemplo de la Justificación

ABRAHAM es el principal ejemplo usado tanto por Pablo como por Santiago
(Génesis 15:6; Romanos 4; Santiago 2).

8) El Resultado de la Justificación

La perfecta justicia de Dios es puesta en mi cuenta (Romanos 4:3-5) de modo que yo soy perfectamente justo, no en mí mismo (aún soy un pecador), sino “EN CRISTO JESÚS” (2 Corintios 5:21; 1 Corintios 1:30). Dios me ve ahora tan justo como Jesucristo (1 Juan 3:7), como si nunca hubiera pecado y como si siempre hubiera cumplido perfectamente la santa ley de Dios. Habiendo sido justificado, ahora tengo PAZ PARA CON DIOS (Romanos 5:1) y NINGUNA CONDENACIÓN (Romanos 8:1; Juan 3:18; 5:24). Ver también el estudio titulado: 215 Cosas que son Ciertas en Cuanto a Mí Ahora que soy Salvo.

9) La Evidencia de la Justificación

Santiago dice que Abraham fue “justificado por obras” (Santiago 2:14-22). Así es como “mostramos nuestra fe” y así es como probamos a los hombres la realidad de nuestra justificación. Ver también 1 Juan 2:29; 3:7; 3:10.

10) La Esperanza (futura) de la Justificación

Romanos 8:30 – “a los que justificó, a éstos también GLORIFICÓ”.
La glorificación está garantizada y en la mente de Dios ya es un hecho.

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