“Y el Dios de paz aplastará en breve a

Satanás bajo vuestros pies.

La gracia de nuestro Señor

Jesucristo sea con vosotros”

(Romanos 16:20)

 

Un Problema para los Preteristas

 

 

 

Romanos 16:20

 

En este versículo se da al creyente esa maravillosa promesa de que nuestra lucha con Satanás llegará pronto a su completo y total final, con Satanás totalmente vencido y con la gloriosa victoria que comparten los santos de Dios. Dios es el “Dios de paz” en el sentido de que ÉL solamente puede poner fin a la guerra con Satanás, lo cual resultará en paz para los santos (“paz” en el sentido de acabar con la guerra, libre de conflicto). Obviamente, el pueblo de Dios disfruta ahora de la paz de Dios (Juan 14:27), pero a la luz de la promesa de este versículo, Pablo estaba pensando probablemente en la paz final que el creyente tendrá con la derrota de Satanás.

 

Esta promesa se refiere directamente a Génesis 3:15, donde se nos dice que la simiente de la mujer (Cristo) heriría o aplastaría la cabeza de la serpiente (un golpe fatal), y que Satanás heriría o golpearía el calcañar de Cristo (la cruz del Calvario). Dios infligirá un aplastante golpe al archienemigo de nuestras almas, y nosotros participaremos de la victoria de Dios sobre Satanás. Los que son “coherederos” (Rom.8:17) también son “co-conquistadores”. El será aplastado “bajo vuestros pies”. Cuando los israelitas conquistaban a reyes enemigos, ellos simbolizaban su gran victoria poniendo sus pies sobre sus cuellos (Josué 10:24). Dios invita a Sus santos a celebrar Su victoria sobre Satanás.

 

¿Cuándo tendrá lugar esta gran derrota de Satanás? Sucederá “en breve, rápido, repentino, pronto”. Los creyentes son animados por el hecho de que la lucha, aunque difícil, no será larga. Podemos esperar que sea pronto. El tiempo de Satanás es corto y su derrota es segura.

 

Proféticamente sabemos que, a la mitad de la tribulación, Satanás será echado fuera del tercer cielo y que ejecutará su furia sobre la tierra, sabiendo que su tiempo es corto (Ap.12:12). Sabe que su destino está sellado. Tres años y medio después, será lanzado al abismo y en ese tiempo estará literalmente “bajo los pies” de los santos del milenio. Su último y final destino se describe en Apocalipsis 20:10 (y comparar Mateo 25:41).

 

Cuando Pablo escribió a los Romanos, Satanás, aunque derrotado en el Calvario, era aún un enemigo  formidable y activo, tal como también lo es hoy (1 Pedro 5:8-9; 1 Juan 4:4). Los creyentes del primer siglo, tal como los creyentes de hoy, están esperando ansiosamente el inminente regreso de Cristo (Tito 2:13; Rom.13:11; 1 Co.1:7; etc.). Sabemos que una vez que suceda este evento (lo que puede ser en cualquier momento), la derrota de Satanás seguirá prontamente. Es desde la perspectiva de la inminencia que podemos hablar de la derrota de Satanás como “pronto”. Los creyentes de cualquier período de la historia de la iglesia deberían animarse con el hecho del pronto regreso de Cristo y de la pronta derrota de Satanás.

 

Esta frase griega “pronto” o “en breve” también se encuentra en Apocalipsis 1:1 y 22:6—“las cosas que deben suceder pronto”. Hay quienes piensan hoy que el período de la tribulación no es futuro, sino que ya se ha cumplido en la historia o alrededor del tiempo de la destrucción de Jerusalén en el año 70 D.C. Ellos creen que la mayor parte de la profecía, incluso la mayoría de lo que se ha predicho en el libro de Apocalipsis, se cumplió en ese tiempo. Puesto que dice, “las cosas que han de suceder pronto”, ellos razonan que todas estas cosas tienen que haber sucedido en el primer siglo. Pero Romanos 16:20 sirve como argumento en contra de tal pensamiento. Obviamente, Satanás es un enemigo activo y peligroso en el día de hoy, y que aun no ha recibido su golpe aplastante y destructivo, aun cuando Pablo prometió hace como 2000 años que esto sucedería pronto. Sin embargo, desde la perspectiva de los creyentes de entonces y de ahora, puede anticiparse que este evento tendrá lugar “en breve”.

 

Escribí a Gary DeMar, un prominente autor, anti-dispensacionalista y defensor del punto de vista que dice que la mayoría de las profecías se cumplieron en el pasado o alrededor del año 70 D.C. Le pregunté simplemente cuando sería aplastado Satanás a la luz de Romanos 16:20. También le pregunté si él pensaba que esto ya había sucedido en el año 70 D.C. Aquí está su respuesta:

 

La principal referencia son los cristianos Romanos a quienes Pablo estaba escribiendo (“vuestros pies” no “sus pies”, es decir, no los pies de la gente que no estaba viva cuando Pablo escribió esta carta). El aplastamiento debía suceder “en breve”. “En breve” significa “en breve”. Puesto que ya han transcurrido como 2000 años, lo que sea que Pablo estuviese describiendo, es historia. Satanás se podría referir a los judíos apóstatas que en Apocalipsis se describen como una “sinagoga de Satanás” (Ap. 2:9; 3:9), los mismos que Jesús describe como relacionados con el diablo en Juan 8:44 (“vosotros sois de vuestro padre el diablo”). Los judíos fueron quienes “mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas y nos expulsaron”, escribe Pablo. “Ellos no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, impidiéndoles hablar a los gentiles para que estos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos ira hasta el extremo” (1 Ts.2:14-16). Esta “ira” puede haber sido la metáfora del aplastamiento a la que Pablo se refiere (21.05.01)

 

Nótese que DeMar, al tratar de interpretar “en breve” literalmente, está obligado a interpretar el versículo en una forma no-literal. El dice que “en breve” significa “en breve”, pero luego sigue explicando que Satanás realmente no significa Satanás, sino que es una mera metáfora de los judíos incrédulos que serán aplastados en el año 70 D.C. Esto es típico de la posición preterista. Al insistir en que la mayoría de las profecías encontraron su cumplimiento en el primer siglo, se ven forzados a entender la mayoría de las profecías de una manera muy no literal.

 

 

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