CAPÍTULO  6

 

Si No Puedes Vencerlos, ¡Únete a Ellos!

(El Emperador Constantino)

 

 

Durante los tres primeros siglos el diablo atacó a la iglesia cristiana desde afuera. Esteban fue la primera víctima (Hechos 7:54-60). Más tarde fue muerto Santiago (Hechos 12:1-2). Saulo de Tarso dirigía los ataques contra los cristianos (Hechos 8:1-3; 9:1-2), hasta que él mismo se hizo cristiano.

 

Al principio, los más grandes perseguidores de la Iglesia fueron los judíos incrédulos (ver 1 Tesalonicenses 2:14-16 y Romanos 11:28). Después los romanos fueron los grandes perseguidores. Pablo y Pedro fueron muertos por el emperador romano Nerón. Al estudiar la historia primitiva de la iglesia, vemos que hubo diez diferentes períodos de persecución bajo diez emperadores diferentes:

 

Las Diez Persecuciones

 

 

Emperador

 

 

Fecha (D.C.

 

 

Nerón

 

Domiciano

 

Trajano

 

Marco Aurelio

 

Septimio Severo

 

Maximino el Tracio

 

Decio Trajano

 

Valeriano

 

Lucio Aureliano

 

Diocleciano

 

 

54-68

 

81-96

 

98-117

 

161-180

 

193-211

 

235-238

 

249-251

 

253-260

 

270-275

 

284-305

 

 

 

¿Qué hicieron realmente estos ataques y persecuciones a la Iglesia? ¿Fue destruida la Iglesia? ¿Fueron muertos todos los verdaderos creyentes? ¿Llegaron a ser los creyentes una “especie en extinción”? ¿Fue herida la Iglesia fatalmente y a punto de morir?

 

En realidad, sucedió todo lo contrario. Mientras más era atacada y perseguida la iglesia, tanto más crecía y prosperaba. “La sangre de los mártires llegó a ser el semillero de la iglesia.” Cuando Esteban murió, la Iglesia perdió a un gran guerrero, pero su muerte llevó a la conversión de Saulo de Tarso, y Pablo, el gran apóstol, logró lo que Esteban nunca hubiera podido lograr. Los mártires murieron, pero otros fueron salvos y tomaban su lugar. El Cristianismo no solo se extendía, sino que florecía y prosperaba. La Iglesia de Jesucristo no podía ser exterminada. Sobrevivió a toda y cada persecución en su contra (comparar Mateo 16:18—“las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”). La Iglesia no podía ser vencida. Salió victoriosa y fortalecida de toda persecución.

 

El diablo sabía que la Iglesia estaba sobreviviendo y floreciendo. Los ataques inspirados por Satanás en contra de la Iglesia habían fracasado. Hasta los hombres se daban cuenta de esto. En el año 311 D.C. Galerio (junto con sus co-emperadores Constantino y Licinio) firmaron el Edicto de Tolerancia, una ley que concedía tolerancia a todas las religiones, incluso al Cristianismo. Galerio no era un partidario de los cristianos, ni tampoco era su amigo. El era enemigo de los cristianos, pero fue lo suficientemente astuto como para darse cuenta de que las persecuciones anteriores de los romanos no habían logrado nada. Mientras más sufrían los creyentes, más se multiplicaban.

 

El diablo aún quería destruir a la Iglesia, pero las persecuciones no eran el medio de hacerlo. En vez de ello, llegó con un plan mucho mejor. En vez de atacar a la iglesia desde el exterior, el iba a corromper a la iglesia y a destruirla DESDE EL INTERIOR. La nueva estrategia del diablo era muy simple: “SI NO LOS PUEDES VENCER. ÚNETE A ELLOS”. No pelees contra ellos, dales la mano y ¡ÚNETE A SU GRUPO! ¡Infiltra sus filas! Veamos como funcionó esta estrategia.

 

El Gran Constantino

 

Constantino nació en el año 272 D.C. y llegó a ser un Emperador Romano. Su vida es digna de un cuidadoso estudio, porque tanto la historia del mundo como la historia de la Iglesia Cristiana se vieron muy afectadas por este hombre.

 

Constantino fue el primer emperador romano que se llamó a sí mismo cristiano. En los primeros años de su vida había adorado a dioses paganos, especialmente al dios sol (llamado Mitra o Apolo). ¿Cómo sucedió que un idólatra, que adoraba al sol, más tarde se llamara cristiano?

 

Este asombroso evento sucedió en el año 312 D.C. Constantino, junto con miles de soldados, se estaba preparando para pelear contra Majencio, un hombre que quería ser emperador en lugar de Constantino. El ejército de Majencio era tres veces más numeroso que el ejército de Constantino. Se dice que un día antes de que esta gran batalla tuviera lugar, Constantino ofreció algún tipo de oración en la cual pedía ayuda y asistencia para el combate que tenía por delante. Esta sería una de las batallas más importantes de toda la historia. Si Majencio hubiera ganado esta batalla, la historia de nuestro mundo habría sido muy diferente.

 

Hay una leyenda famosa que dice que el día anterior a esta gran batalla, Constantino miró al cielo  y vio una cruz brillante encima del sol. Se estaba acercando la tarde y el sol estaba comenzando a ponerse cuando vio esta asombrosa señal. Junto a la cruz estaban las siguientes palabras:

 

“POR ESTA (SEÑAL) VENCERÁS”

 

Es muy dudoso si Constantino vio o no vio realmente esta señal. Tiene que haber visto algo, porque el realmente pareció creer que el Dios de los cristianos le había dado un mensaje justo antes de esta batalla. Algunos creen que en la noche anterior a la batalla él tuvo un sueño inusual en el cual él vio algunas de estas cosas.

 

Al día siguiente, los dos ejércitos se encontraron en el campo de batalla. Fue una batalla violenta, pero finalmente el ejército de Majencio fue vencido totalmente. Majencio trató de huir y escapar por su vida, pero terminó ahogándose en el río Tiber. Después de su victoria, Constantino estaba convencido que había recibido ayuda del Dios de los Cristianos. Desde este momento él honró la fe cristiana e hizo lo posible para ayudar y proteger y promover a los cristianos. El llegó a ser el primer emperador “cristiano” (si acaso llegó a ser realmente un creyente en Cristo, es otro asunto).

 

El Edicto de Milán

 

Constantino no perdió el tiempo para tratar de ayudar a la causa cristiana. En el año 313 D.C. Constantino (el emperador de Occidente) y Licinio (el emperador de Oriente) firmaron el EDICTO DE MILÁN. Esta importante ley legalizó e hizo legal el Cristianismo. Los cristianos ya no eran proscritos. Los cristianos ya no eran enemigos del gobierno. Esta ley procuró total libertad religiosa para todos los ciudadanos romanos. Cada súbdito del Imperio Romano era ahora libre de escoger la religión de su preferencia. El podía escoger dar culto a los dioses paganos o podía escoger adorar al Dios vivo y verdadero. Este edicto puso fin a las horribles persecuciones de los creyentes.

 

El Imperio es “Cristianizado”

 

Constantino realizó varios cambios en el imperio. Estos son algunos cambios buenos que hizo:

 

  1. La crucifixión fue abolida.

 

  1. El infanticidio (matar niños no deseados) fue abolido. ¿Tenemos algo como eso en nuestra sociedad hoy día?

 

  1. La práctica de la esclavitud fue desaprobada y muchos esclavos fueron liberados.

 

  1. Las luchas de los gladiadores fueron reprimidas (aunque aún no fueron eliminadas por completo).

 

Constantino trató de ayudar a la iglesia Cristiana de diversas maneras. Escogió a hombres cristianos como sus consejeros. Proporcionó muchos beneficios al clero (hombres que son líderes en las iglesias, usualmente llamados “obispos”). El clero no tenía que pagar impuestos y no tenía que hacer el servicio militar. Se les pagaba buenos salarios. La vida de un Pastor solía se una vida de PRIVACIONES (ver lo que Pablo dijo a Timoteo en 2 Timoteo 2:3), pero Constantino les estaba dando una vida de lujos. Tiene que haber sido algo muy popular ser un líder de la iglesia. Muchos hombres tienen que haber querido postular a tal posición, con todos sus beneficios. ¿Crees que esto es algo sano para la iglesia? ¿Este sistema otorga a la iglesia el liderazgo que necesita? ¿Crees que muchos de estos hombres estarían tentados a servir a la iglesia por motivos equivocados?

 

Constantino también contribuyó mucho a la edificación de grandes edificios para las iglesias. Magníficas iglesias fueron construidas en Jerusalén, Belén, Constantinopla y otros lugares. Las iglesias se hicieron más grandes y mejores y mayores y grandiosas. ¿Pero un gran edificio significa que la iglesia es grande? Tienes que haber visto algunas iglesias y catedrales magníficas e impresionantes en algunas ciudades del país, pero, ¿qué piensa Dios de esas iglesias y de la gente que asiste a ellas? ¿Dios se impresiona con edificios gigantescos y con su hermosa arquitectura, o está más preocupado por los corazones de las personas que asisten a esos u otros edificios?

 

Constantino usó frecuentemente la palabra “católico” para describir a la iglesia. La palabra CATÓLICO significa UNIVERSAL. Constantino quería que todos los hombres en todas partes adoptaran la fe cristiana y quería que los cristianos estuvieran unidos. El pensó que el Cristianismo era lo que podía unir el imperio y hacerlo grande.

 

Hoy estamos muy familiarizados con la IGLESIA CATÓLICA. Es interesante que muchas de las prácticas y costumbres y enseñanzas católicas tuvieron su comienzo alrededor de lo tiempos de Constantino.

 

Domingo

 

Fue Constantino el que apartó el primer día de la semana, el domingo, como un día sagrado de adoración. El quería hacer de este día un día de descanso y de adoración.

 

El fue quien en realidad dio a este día su nombre. Cuando hizo del primer día de la semana un día festivo, el lo llamó “el venerable (sagrado) día del sol”.

 

Ya hemos mencionado que Constantino había sido un “adorador del sol”. Perece que, aún después de asegurar haberse hecho cristiano, seguía teniendo ideas acerca de un “dios sol”. Por ejemplo, un lado de sus monedas tenía las letras del nombre de Cristo y el otro lado tenía la figura del dios sol. Si él seguía honrando al dios sol o si solo quería agradar a los que en su reino adoraban al dios sol, no lo sabemos. Sabemos que el primer día de la semana fue nombrado por el sol (Sunday). Como cristianos debemos recordar que en realidad es el DÍA DEL HIJO (Sonday) - el día en que honramos al Hijo de Dios. ¡Es el DÍA DEL SEÑOR!

 

Los Adventistas del Séptimo Día y algunos otros grupos que no tienen culto el día domingo, nos dicen que Constantino fue el que nos dio el domingo. Ellos creen que la CULTO DOMINICAL comenzó con Constantino. Esto no es verdad. Constantino fue el que hizo oficialmente de este día un día sagrado de adoración, pero los verdaderos creyentes habían estado adorando a Dios el primer día de la semana mucho antes del tiempo de Constantino.

 

 

 

Comenzando con ese primer día domingo de resurrección, el Señor Jesús parecía estar “entrenando” a Sus discípulos a reunirse el primer día de la semana. El primer domingo de resurrección el Señor se apareció al grupo de discípulos, pero Tomás se perdió este “servicio del domingo en la tarde” (Juan 20:19-23). De acuerdo con el método judío de computar el tiempo (el método inclusivo), el Señor se apareció a los discípulos exactamente una semana después (v.26-“ocho días después”). En este domingo Tomás estaba presente (vs.26-29). También fue un domingo cuando el Espíritu Santo descendió y nació la iglesia (ver Hechos capítulo 2 y comparar Levítico 23:15-16). El Día de Pentecostés tuvo lugar siete semanas después de la resurrección del Señor. Los discípulos estaban adquiriendo el hábito de reunirse el primer día de la semana, celebrando el día en que Cristo resucitó victorioso de los muertos.

 

 

 

 

La Capital del Imperio es Trasladada

 

Constantino también hizo historia al trasladar la capital del imperio desde Roma a otro lugar. El nuevo lugar era Bizancio, que está localizada en el Bósforo (donde se conectan el Mar Negro con el Mar Mediterráneo). Esta ciudad clave en realidad divide el Oriente del Occidente y divide Europa de Asia. El llamó su ciudad la NUEVA ROMA y más tarde pasó a llamarse Constantinopla (nombrada así por el emperador mismo). Constantino trató, de varias maneras, de hacer de la  NUEVA ROMA una ciudad cristiana. Construyó allí una gran iglesia. No se permitían luchas de gladiadores, etc.

 

El Bautismo de Constantino

 

¿Fue Constantino realmente un cristiano? Muchos dudan de que lo fuera. Una de las razones por las que se sospecha de su fe, es que no fue bautizado sino hasta en los días finales de su vida. A la edad de 65 años, cuando sintió que la muerte se acercaba, él fue finalmente  bautizado. Murió pocos días después. El pensó que al ser bautizado, sus pecados le serían perdonados. ¿Tenía un entendimiento correcto del bautismo? ¿Y tú? ¿Has sido bautizado? ¿Qué te detiene?

 

También hay muchos que piensan que Constantino quería disfrutar de los placeres de este mundo y que no quería abandonarlos, hasta saber que su vida llegaba a su fin. Solo entonces trataría de ponerse bien con Dios. ¿Hay gente hoy que tiene esta actitud? “Disfrutaré de mi vida y viviré en pecado, pero algún día seré salvo. Haré hoy lo que me plazca, pero algún día me pondré bien con Dios.” Muchos, que tienen el propósito de arrepentirse a las 11.00 p.m., mueren a las 10.30 p.m.

 

Constantino fue bautizado por un hombre llamado Eusebio. Este hombre era un falso maestro que creía muchas de las cosas que hoy creen los Testigos de Jehová. Por ejemplo, este hombre creía que Cristo era una CRIATURA creada por Dios. ¿Qué es lo que creen los verdaderos cristianos acerca de Cristo (ver Juan 1:1-3)?

 

La Iglesia se Corrompe

 

Es muy peligroso cuando la iglesia llega a ser POPULAR. En los días de Constantino ya no era una vergüenza ser cristiano; era un honor. Era ventajoso hacerse cristiano. Estaba de moda hacerlo. Después de todo, todo el mundo lo hacía y el gobierno daba su beneplácito. (Nota: durante los días en que Jimmy Carter era presidente -1976 al 1980- llegó a estar de moda decir que habías NACIDO DE NUEVO. Mucha gente empezó a decir que había nacido de nuevo, incluso muchos que ni siquiera entendían lo que significa el nuevo nacimiento).

 

¿Cuál fue el resultado del acercamiento de Constantino al cristianismo? Puesto que era popular hacerse cristiano, MUCHOS SE SUBIERON AL CARRO. Miles de paganos se unieron a la iglesia. Repentinamente pareció que todo el mundo estaba tratando de entrar a la iglesia. Mucha de esta gente era cristiana solo de nombre. ¿Puede una persona nombrar el nombre de Cristo sin ser realmente un verdadero cristiano (ver 2 Timoteo 2:19)? ______

 

Se ha dicho que en el año 324 doce mil hombres con mujeres y niños fueron bautizados en Roma y que el emperador había prometido a cada convertido un traje blanco y veinte piezas de oro. Este relato puede ser un poco exagerado, pero es la clase de cosas que estaba sucediendo. Aún en el día de hoy hay muchas iglesias que tratan de usar artimañas para que la gente sea salva: “Si vienes a la Escuela Dominical recibirás un barquillo de helado gratis y un peluche”, etc. Esta clase de cosas comenzó hace mucho tiempo, en los días de Constantino.

 

Miles de paganos inconversos fueron bautizados y empezaron a llamarse “cristianos”. ¿El bautismo en agua los convertía en verdaderos cristianos? La iglesia ganó en CANTIDAD pero perdió en CALIDAD. Hubo un masivo crecimiento en número, pero ningún crecimiento en pureza. La iglesia se estaba volviendo más y más mundana y corrupta. La hueste de hipócritas y simuladores que estaba entrando en la iglesia se estaba multiplicando fuera de control.

 

Durante los primeros años, la iglesia permaneció pura porque costaba algo ser cristiano. Muchas veces significaba sufrimiento y persecución. Los creyentes no eran populares en el mundo. Pero en los días de Constantino no costaba nada ser cristiano. Era ventajoso serlo. En nuestro país hoy día es relativamente fácil ser cristiano. Hay poca persecución y poco costo. Supongamos que de pronto el gobierno decretara que todo cristiano perderá su cabeza. ¿Crees que pronto te darías cuenta de quienes son los verdaderos cristianos?

 

Como bien puedes imaginar, muchas costumbres y prácticas paganas se infiltraron en la iglesia. Las imágenes y estatuas paganas continuaban honrándose, pero se les daban nombres “cristianos”, como Pedro o María. La adoración a Artemisa (Diana) fue cambiada en adoración a María. También Isis, la diosa egipcia, fue fácilmente transformada en María. Los adoradores de Isis la llamaban “la Gran Virgen” y “Madre de Dios”. Algunas imágenes conservadas de Isis sosteniendo al niño Horus, están en una pose muy similar a algunas de las primeras madonas cristianas (mostrando a María sosteniendo al niño Jesús). Templos paganos fueron consagrados y transformados en iglesias. A las fiestas paganas se les dieron nombres cristianos. Era el mismo antiguo paganismo bajo un nombre nuevo. La iglesia no había conquistado al mudo. EL MUNDO HABÍA CONQUISTADO A LA IGLESIA. El paganismo se había vestido de nuevos ropajes, pero era el mismo antiguo paganismo.

 

La Necesidad de la Separación

 

¿Qué lección importante hemos aprendido en este capítulo? ¿Vale la pena comprometerse? ¿Vale la pena unir las manos con el mundo? ¿Fue esto una ayuda o un daño para la iglesia? ¿Pueden los creyentes estar realmente en paz con el diablo y su sistema? Recuerda, Satanás nunca hace compromisos. Su propósito es atacar y destruir a la iglesia como sea, INCLUSO ASOCIÁNDOSE a ella.

 

Supongamos que tienes un vaso de leche pura y también una copa llena de lodo. ¿Qué sucede si mezclas las dos? ¿Purificará la leche el lodo o ensuciará el lodo la leche? Tan pronto como mezcles las dos, habrás corrompido y arruinado la leche. La única manera de mantener pura la leche, es mantenerla separada.

 

Supongamos que eres un creyente limpio (salvado y justificado y lavado- 1 Corintios 6:11) y tocas música rock sucia. ¿Limpiarás tú la música rock o empezará la música a corromperte a ti? Los mismo vale para las revistas sucias. Si lees la revista y te concentras en ella, ¿limpiarás tú la revista o corromperá la revista tu mente, resultando en pensamientos impuros? La única respuesta es separación. “No toquéis lo inmundo” (2 Corintios 6:17).

 

¿Puedes pensar de qué maneras la iglesia y el mundo se unen hoy? ¿Cómo está esto corrompiendo y dañando a la iglesia? ¿Qué se puede hacer? ¿Cómo se está comprometiendo la iglesia con el mundo hoy? ¿Cómo se comprometen los creyentes con el mundo hoy? ¿Estamos siguiendo costumbres y prácticas paganas y luego le damos un bonito nombre? ¿Puedo unirme al mundo y ser aún un ganador con Dios? ¿Qué me dicen los siguientes versículos acerca de mi relación con el mundo?

 

1 Juan 2:15-17; Santiago 4:4; Romanos 12:2; Santiago 1:27

 

 

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