Veinte Pasajes

 

de las Epístolas del Nuevo Testamento

 

Relacionados con el Evangelismo Personal

 

 

Preguntas para meditar: ¿En el último año, he participado en guiar a alguien a Cristo? ¿He compartido con alguien sobre cómo ser salvo de acuerdo con la Biblia? ¿Cuántas veces he podido compartir al plan de salvación de Dios con alguien que necesitara de la gracia y del perdón de Dios? ¿He confesado con frecuencia a Cristo como mi Salvador delante de los inconversos? ¿He orado a menudo por oportunidades para compartir a Cristo y Su evangelio con otros?

 

En nuestro estudio del evangelio de Lucas hemos visto que el Hijo del Hombre  vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10). Hemos visto el infinito amor y la compasión que nuestro Salvador tiene hacia los pecadores. Este Salvador compasivo es el que mora en cada creyente comprado con sangre, de modo que podemos decir con gozo, “Cristo vive en mí” (Gálatas 2:20). El Cristo que vive en mí sigue siendo Aquel que busca y salva a los que están  perdidos. Demos al Señor libertad para buscar y alcanzar a los perdidos en y por medio de nuestras vidas.

 

Las epístolas del Nuevo Testamento tienen mucho que enseñarnos en cuanto al evangelismo personal y a nuestra responsabilidad hacia quienes están sin Cristo. Que podamos alcanzarlos con el amor de Cristo y con el evangelio de Dios en el poder del bendito Espíritu Santo. Consideremos con atención y con oración estos pasajes con el deseo de que Dios tome estos pasajes y los haga realidad en nuestras vidas mientras caminamos en gozosa y fiel obediencia a lo que Dios ha dicho.

 

En nuestro recorrido por las epístolas del Nuevo Testamento examinaremos de cada epístola un pasaje relacionado con el evangelismo personal (las tres epístolas de Juan se considerarán como una unidad).

 

1.   ROMANOS 1:14-16

 

A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto

a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en

 Roma. Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para

salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego

(gentil).

 

Nótense las formas personales de evangelismo que se encuentran en este pasaje:

 

1) SOY DEUDOR. Pablo sentía una gran obligación. Sentía el deber de evangelizar. Tenía que pagar una deuda a cada persona inconversa. “Adeudaba” el evangelio a todos los hombres. Hubo un tiempo su vida, en que Saulo de Tarso sentía la obligación de perseguir a cada cristiano; pero más tarde, él sintió la obligación de predicar a toda criatura (Marcos 16:15). Cómo podrían, los que han recibido las gloriosas buenas nuevas de Dios, no sentir la carga y obligación de transmitirlas a los demás.

 

2) PRONTO ESTOY. Pablo estaba dispuesto, listo y anhelante de predicar las buenas nuevas de Dios. Aunque se sentía obligado, no cumplía de mala gana con su tarea. Pablo predicaba a Cristo con gusto y voluntariamente y con vehemencia. Pablo tenía la voluntad y el deseo de predicar el evangelio; él estaba listo y preparado (¿Has querido alguna vez dar a alguien un tratado y luego te diste cuenta que no tenías ninguno a mano?), y lo hacía con denuedo y fervor.

 

3) NO ME AVERGUENZO. Pablo confesaba a Cristo con ardor y proclamaba Su mensaje. No nos avergoncemos nunca de nuestro Salvador y de lo que ÉL hizo por nosotros. Pablo estaba incluso dispuesto a morir por la causa del evangelio. No nos avergoncemos del evangelio (Romanos 1:16) y no seamos una vergüenza para el evangelio (Filipenses 1:27). Algunas personas deshonran el evangelio por su manera de vivir. Eso no debe ser. Por el contrario, adornemos el evangelio de nuestro Dios.

 

2.   1 CORINTIOS 10:33

 

Como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio

beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.

 

Comparar también con 1 Corintios 9:22. Pablo deseaba “ganar” y “alcanzar” a los perdidos para Cristo. Pablo no era alguien que quisiera complacer a los hombres (ver Gálatas 1:10), pero trataba de agradar a los hombres en todo para que pudieran ser salvos. Por naturaleza, nosotros tratamos de agradarnos a nosotros mismos. Pablo no buscaba su propio beneficio. El estaba preocupado de la suerte eterna de su prójimo. Lleno de la compasión y de la preocupación de Cristo, Pablo podía quitar sus ojos de sí mismo y enfocarse en las necesidades espirituales de sus prójimos. Estaba dispuesto a sacrificar sus derechos personales si eso ayudaba a que una persona viniera a Cristo. Su actitud era esta: “Yo deseo tanto que seas salvo, que con gusto sacrificaré o sufriré o renunciaré a mis derechos, si eso te ayuda a ser eternamente salvo.” [Nota: Pablo nunca estuvo dispuesto a desobedecer a Dios para ayudar a la gente a venir a Cristo y nunca estuvo dispuesto a comprometer su testimonio por causa del evangelio. El sabía que la desobediencia a Dios y una vida licenciosa obstaculiza y no ayuda a la causa del evangelio].

 

3.   2 CORINTIOS 5:20

 

Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase

por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.

 

Somos nuevas criaturas en Cristo, reconciliadas con Dios. Somos embajadores de Cristo. Somos Sus representantes personales. Tenemos que representarlo bien. Dios ha dado a cada creyente el ministerio de la reconciliación. Dios hace Su llamado a los pecadores por medio nuestro. Dios no habla hoy a los hombres perdidos, excepto por medio de Sus embajadores. Es por medio de Sus embajadores que Cristo exhorta a la gente a ser salva. “En nombre de Cristo” significa “en lugar de Cristo”. El Señor Jesús nos sustituyó (tomó nuestro lugar) cuando murió en la cruz; ahora que somos salvos, nosotros sustituimos a Cristo cuando hablamos a otros. ÉL no les hablará directamente, sino nosotros hablamos a los demás sobre Cristo en Su lugar. ÉL nos representó a nosotros cuando ÉL murió en la cruz; nosotros lo representamos a ÉL cuando compartimos a Cristo con los hombres perdidos.

 

“Os rogamos” significa “os imploramos, les pedimos, les apremiamos, les suplicamos.” Cristo, por Su muerte en la cruz, hizo posible que los hombres, que son enemigos de Dios (Romanos 5:10), lleguen a estar en paz con Dios. Debemos rogar encarecidamente a los hombres a “reconciliarse con Dios.”

 

A veces somos demasiado pasivos cuando se trata del evangelismo personal. Presentamos los grandes hechos del evangelio a los inconversos y les predicamos a Cristo, pero, luego, a veces pensamos: “He cumplido con mi tarea de presentar a Cristo y a ÉL crucificado, y ahora es cosa de esta persona responder de una u otra manera. Esta persona creerá o no creerá, responderá o no responderá al mensaje del evangelio.” Esto es muy cierto, pero hay una cosa más que podemos y debemos hacer. Tenemos que rogarles que vengan a Cristo y sean salvos. No podemos decidir por ellos. No podemos creer por ellos. Pero podemos ciertamente rogarles y animarles a ser salvos. “Amigo, necesitas confiar en Cristo y te ruego que tomes a Dios por Su Palabra y recibas a Cristo como tu Salvador. La salvación es tan importante y tu necesitas ser salvo. ÉL es el único Salvador y te suplico que seas salvo.” ¿Dios implora a la gente de esa manera? Considera Ezequiel 33:11 (“Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?”) y Romanos 10:21 (“Pero acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor”).

 

Consideremos a nuestros seres queridos inconversos y a nuestros amigos y vecinos inconversos. Que nunca puedan decir, “Nunca nadie me imploró de que sea salvo. Esos cristianos que conozco nunca me compartieron la urgencia de ser reconciliados con Dios.”

 

4.   GÁLATAS 6:10

 

Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente

a los de la familia de la fe.

 

Cuando Dios da oportunidades, debemos aprovechar esas oportunidades. Debemos aprovechar al máximo las oportunidades que tenemos para alcanzar a los inconversos, hacerles bien, servirles, amarlos, mostrar nuestra preocupación, tender una mano, interesarnos en lo les que interesa a ellos, cultivar amistades. Esto guiará a otras oportunidades para hablar sobre nuestro Salvador, compartir el evangelio, entregar un tratado, etc. Si los inconversos oyen el evangelio de nosotros, pero nosotros nunca movemos un dedo para ayudarles en los momentos de necesidad, ¿se interesarán en nuestro Cristo? Por otra parte, si les hacemos bien con frecuencia y somos los mejores vecinos, pero nunca decimos una palabra de Cristo, ¿cómo les estamos ayudando? Lo uno debe preparar el camino para lo otro, pero ambos son necesarios. Hagamos el bien y prediquemos a Cristo en toda oportunidad.

 

5.   EFESIOS 6:19-20

 

Y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer

con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas;

que con denuedo hable de él, como debo hablar.

 

Ora por OSADÍA para hablar y dar a conocer el evangelio (comparar Hechos 4:29, 31). Una de las claves para el evangelismo personal es esta: Debemos hablar a Dios sobre los hombres antes de hablar a los hombres sobre Dios. La clave para el evangelismo personal se encuentra en nuestra vida de oración personal. ¿Has estado orando por osadía y por oportunidades para compartir el evangelio? La petición de oración de Pablo fue contestada maravillosamente, aún estando en una prisión romana, como leemos en Filipenses capítulo 1.

 

6.   FILIPENSES 2:15-16

 

Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de

una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como

luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de

Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.

 

Dios nos ha colocado en medio de la confusión. Estamos en medio de este mundo en tinieblas. Debemos mantener alumbrando nuestra luz (cf. Mateo 5:16). El creyente tiene que mantener un testimonio brillante para el Salvador, y cuando esto se hace, se presentarán muchas oportunidades para dar un testimonio verbal. Cuando una persona realmente vive para Cristo y brilla para ÉL, tendrá una audiencia cautiva cuando hable de Cristo.

 

7.   COLOSENSES 4:3-6

 

Orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra

puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el

cual también estoy preso, para que lo manifieste como debo hablar. Andad

sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra

palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis

responder a cada uno.

 

En este pasaje, Pablo está nuevamente orando por oportunidades, orando por puertas abiertas, orando por denuedo para hablar y orando para que pueda hablar como debe hablar. El caminar del creyente es tan importante (v.5) y prepara el camino para el hablar del creyente. Si queremos que los inconversos escuchen lo que decimos, primero tienen que observar nuestro caminar. Tenemos que redimir el tiempo, aprovechando las oportunidades que Dios nos da. El pasaje dice “para que sepáis cómo debéis responder a cada uno,” y esto implica que la gente está haciendo preguntas. NUESTRA VIDA DEBE PROVOCAR PREGUNTAS; NUESTROS LABIOS DEBEN DAR LAS RESPUESTAS. Nuestro testimonio verbal es esencial. Cuando Dios abre la “puerta para la palabra”, entonces debemos abrir nuestra boca. Debemos dar una respuesta, en el tiempo propicio, en el lugar propicio a la persona propicia y en la oportunidad propicia. Pero si nuestro caminar no presenta un claro, aunque silencioso testimonio de la gracia y gloria y grandeza de nuestro Dios, entonces nuestras palabras significarán muy poco al inconverso.

 

Los que alumbran por Cristo, también deben hablar por Cristo. Nuestra palabra debe ser siempre con gracia. Debemos compartir con los inconversos de manera amable y cordial. La sal se usa para sazonar, para que el alimento tenga buen sabor. No queremos comprometer el mensaje del evangelio (no dice “sazonado con azúcar”). Deseamos presentar las verdades del evangelio de una manera tal que despierte el hambre de ellos (cf. Salmo 34:8- “Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él”).

 

8.   1 TESALONICENSES 2:4

 

Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio,

así hablamos; no para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros

corazones.

 

A veces nuestro evangelismo personal es débil por el temor al hombre. Deseamos agradar a los hombres, en vez de temer a Dios. Estamos demasiado preocupados por lo que piensan los hombres, lo que dirán los hombres y lo que harán los hombres. ¿Importa realmente lo que ellos piensan del evangelio? Lo que importa es que yo sé que es el mensaje de Dios y que son buenas nuevas y que son nuevas que ellos necesitan. Yo sé esto, a pesar de su respuesta.

 

El Dios que prueba nuestros corazones nos ha confiado el glorioso evangelio del Dios bendito. El pone en mis manos el mensaje del evangelio y dice, “Comunica y proclama este mensaje con fidelidad.” Debo hacerme entonces esta pregunta: “¿Puede Dios encomendarme el evangelio? Cuando fui salvo, puse mi confianza en el mensaje del evangelio (“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, habiendo creído”—Efesios 1:13). Ahora que soy salvo, Dios me confía el evangelio. ¿Soy fiel a este encargo? Se me ha encargado un glorioso mensaje de buenas nuevas, el cual, si los hombres lo oyen y responden a él debidamente, hará una diferencia en su destino eterno.” Qué tremenda responsabilidad.

 

9.   2 TESALONICENSES 3:1-2

 

Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la Palabra del Señor corra

y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de

hombres perversos y malos, porque no es de todos la fe.

 

Aquí vemos nuevamente la importancia de la oración. El evangelismo personal comienza sobre nuestras rodillas en nuestra cámara de oración. Ora para que la Palabra del Señor CORRA (tenga libre expresión), sin obstáculos y que sea glorificada. Siempre que el creyente es fiel en presentar

y predicar el evangelio de Cristo, habrá oposición. Pablo está orando sencillamente: “Que la Palabra de Dios corra y haga su obra, y Dios, hazte cargo de la oposición.” Nuestro Dios puede lidiar con cualquier problema que podamos enfrentar en el evangelismo personal.

 

10.   1 TIMOTEO 2:1-6

 

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de

gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia,

para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto

es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios,

y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí

mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

 

¿Por qué debemos orar por todos los hombres (v.1)? ¿Por qué he de preocuparme de orar por todos los hombres? Porque DIOS SE PREOCUPA POR TODOS LOS HOMBRES. ÉL quiere que todos los hombres sean salvos (v.4). ¿Cómo sé que Dios quiere que todos los hombres sean salvos? Porque Dios Mismo ha provisto un Mediador, al Dios-hombre (v.5), y Dios Mismo, en la Persona de ese Mediador, ha muerto por todos los hombres (v.6). Debo compartir la preocupación de Dios por todos los hombres. “De tal manera amó Dios al mundo” y debo participar del amor y de la preocupación del corazón de Dios por este mundo de hombres perdidos.

 

11.   2 TIMOTEO 2:10

 

Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también

obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.

 

La posición del Calvinista extremo es ésta: “Los elegidos serán salvos a pesar de todo. Si Dios quiere que sean salvos, ÉL los salvará.” La actitud de Pablo era esta: “Yo me afanaré, transpiraré, me sacrificaré y sufriré (v.9) si es necesario, y seré incluso perseguido… ¿POR QUÉ? Para que los elegidos PUEDAN OBTENER LA SALVACIÓN.” Casi podemos oír a los hiper calvinistas recriminar al Apóstol: “Pablo, tu teología está mal. ¿No sabes que los elegidos llegarán a tener fe en Cristo? Es imposible que los escogidos desde antes de la fundación del mundo finalmente no sean salvos.” No, la teología de Pablo no estaba errada. El sabía que los elegidos serían salvos y que Dios haría Su obra salvadora. Pero, ¿CÓMO REALIZA DIOS SU OBRA SALVADORA? ¿Qué medios usa Dios? ÉL ha escogido usar Su iglesia, Sus embajadores, Sus creyentes. Dios usa nuestras oraciones, nuestra predicación, nuestro testimonio de Cristo y nadie es salvo si no es por estos medios. En este versículo, Pablo está casi hablando como si la elección de Dios dependiera de él. Un ferviente evangelista dijo, “Ora como si la salvación de los perdidos solo dependiera de Dios, y luego obra y testifica como si su salvación dependiera solamente de ti.” Dios elige y realiza Su obra maravillosa y soberana y la hace involucrándonos a nosotros.

 

12.   TITO 2:10

 

No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la

doctrina de Dios nuestro Salvador.

 

Debemos adornar la doctrina de Dios nuestro Salvador mediante nuestra vida. En las epístolas, el gran énfasis no es sobre “ganar almas” y “predicar el evangelio.” El énfasis principal en estas cartas es el caminar del creyente con Dios. La mejor manera de tener éxito con el evangelismo personal es cultivar la santidad personal. Este es el método de Dios. El mundo está muy cansado de aquellos que nombran el nombre de Cristo (predicadores de televisión, etc.) y que hablan de santidad, pero que viven vidas inmorales. No seamos causa de que la Palabra de Dios sea blasfemada por nuestro fracaso de vivir de acuerdo con los principios bíblicos (v.5). Que la verdad de Dios sea adornada y hermoseada por nuestra manera de vivir (v.10).

 

13.   FILEMÓN 10

 

Te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones.

 

Onésimo era un esclavo que había huido a Roma. Terminó en prisión, donde también estaba Pablo. Dato: No podías estar con Pablo y no escuchar el evangelio. Este esclavo se encontró con el prisionero Pablo con el resultado de que fue “engendrado” y “nació de nuevo.” Cuando la gente se encuentra con nosotros (trabajan con nosotros, van al colegio con nosotros, etc.), ¿escucharán el evangelio de nosotros? La gente que trabaja contigo o que va al colegio contigo ¿sabe que eres un creyente?

 

14.   HEBREOS 5:12

 

Porque debiendo ya ser maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de

que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras

de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de

alimento sólido.

 

Ustedes deberían ser maestros. Cada creyente debe ser un maestro (aunque no todo creyente tiene el don de maestro), y debe conocer la Palabra de Dios y debe poder abrir la Palabra de Dios y guiar a la persona inconversa a través del plan de salvación. Cada creyente debería conocer los versículos claves sobre la salvación y saber donde se encuentran y cómo compartirlos con una persona que no es salva. Todo creyente que es sano y está creciendo, debería poder hacer estas cosas. DEBEN SER MAESTROS. Es nuestro privilegio poder compartir y enseñar las buenas nuevas de Dios.

 

15.   SANTIAGO 2:14, 18

 

Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?

¿Podrá la fe salvarle? Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame

tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

 

Es muy importante compartir tu fe. En este pasaje Santiago está mostrando cuán importante es mostrar tu fe. Tienes que MOSTRAR TU FE POR OBRAS, y luego podemos COMPARTIR NUESTRA FE CON PALABRAS. Ambas cosas son necesarias.

 

16.   1 PEDRO 3:15-16

 

Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados

para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande

razón de la esperanza que hay en vosotros; teniendo buena conciencia, para que en

lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que

calumnian vuestra buena conducta en Cristo.

 

Nuestra relación con el Señor levanta preguntas y tenemos que estar preparados para dar respuestas. Honra al Señor en tu corazón. Asegúrate de estar siempre bien con el Señor. Preocúpate de tener siempre la actitud correcta ante Dios y los hombres (“con mansedumbre y reverencia”). “Estar siempre preparado” significa que tenemos que estar bien con Dios siempre. No podemos permitirnos estar fuera de comunión con el Salvador. No debemos permitirnos perder la oportunidad que Dios nos da.

 

17.   2 PEDRO 1:9

 

Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo

olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

 

Si hemos de ser evangelistas efectivos, es bueno que nunca perdamos el gozo y la emoción de tener nuestros pecados perdonados. No olvidemos nunca lo que Dios ha hecho y no perdamos nunca el gozo de nuestra salvación. La gente necesita ver que estamos admirados de que Dios nos salvara. No podemos esperar que los inconversos tengan sed de Cristo si ven que no estamos maravillados de conocerlo.

 

18.   1 JUAN 4:14-15

 

Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo,

el Salvador del mundo. Todo aquel que confiese que Jesús es el

Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

 

Si Dios realmente mora en ti, entonces “pone la etiqueta en la lata”. Confiésalo. Enorgullécete del contenido. Enorgullécete de QUIEN VIVE EN TI. Algunos creyentes andan con esta etiqueta: “MUY SECRETO. No quiero que sepas quién mora en mi vida.”

 

19.   JUDAS 22-23

 

A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego;

y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aún la ropa

contaminada por su carne.

 

Este pasaje habla de la compasión que hemos de tener hacia los perdidos, la misma compasión de Cristo. Al tratar de alcanzar a los perdidos con compasión, debemos ser cuidadosos y tener presente que, aunque amamos al pecador, odiamos el pecado. No debemos contaminarnos y quemarnos. Al alcanzar a los perdidos, demostremos compasión y preocupación, pero de ninguna manera debemos comprometer nuestro testimonio por el Señor. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Evitemos toda forma de “evangelismo mundano” que es tan común en nuestros días (tratar de ganar al mundo tratando de ser como el mundo). Tenemos que ganar el mundo no siendo COMO el mundo (Romanos 12:2), sino siendo como Cristo.

 

20.   APOCALIPSIS 22:17

 

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed,

venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

 

Este es versículo muy interesante. El Espíritu y la esposa (la Iglesia) dicen, “VEN.” El creyente que está en armonía con el Espíritu de Dios dice, “Ven, Señor Jesús.” La palabra “ven” se usa de dos maneras diferentes en este versículo: 1) el creyente clama de corazón, “Señor, ven.” 2) el creyente que anhela el regreso de Cristo, también se dirige a mundo y clama, “Pecador, ven.” En armonía con el Espíritu de Dios clamamos, “Señor, ven” y también, “Pecador, ven”. Este es el doble deseo que tiene el creyente: 1) que Cristo venga al mundo; 2) que el mundo venga a Cristo. Nuestra oración es, “VEN, SEÑOR JESÚS” pero al mismo tiempo nos dirigimos a los perdidos y les rogamos y suplicamos, “VEN AL SEÑOR JESÚS”. Deseamos que ÉL venga y deseamos que ellos vengan a ÉL. Siempre estamos esperando Su venida y siempre estamos deseando que los hombres vengan a Cristo.

 

“QUE SU HERMOSURA REPOSE SOBRE NOSOTROS CUANDO TRATAMOS DE BUSCAR A LOS PERDIDOS; Y QUE ELLOS OLVIDEN EL CONDUCTO Y LE VEAN SOLO A ÉL”.