Viviendo  por  Fe.

 

Gálatas 2:20.

 

¿ESTÁS RECLAMANDO ESTOS HECHOS POR FE?

 

1.      La fe es la llave de la victoria en la vida cristiana (1 Juan 5:4-5; Gálatas 2:20). Recibí a Cristo como a mi Salvador por fe (Juan 1:12) y de la misma manera debo caminar y vivir la vida cristiana (Colosenses 2:5-6; 2 Corintios 5:7; Gálatas 3:1-3). No es por intentos carnales y esfuerzo, sino es por fe. No es mi obra (Hebreos 4:10), sino es Dios obrando en mi (Filipenses 2:13; Hebreos 13:21). Mi parte es confiar enteramente y con firmeza en que Él hará Su gran obra en mí y a través de mí.

 

2.      Yo fui salvo de la pena del pecado por creer que CRISTO MURIÓ POR MÍ y que resucitó (1 Corintios 15:1-4). Descansé en Su obra acabada (Juan 19:30; Romanos 4:5). Puedo ser salvo del poder del pecado creyendo que YO MORÍ CON CRISTO (Romanos 6:6; Colosenses 2:20, Gálatas 2:20) y que Él es mi VIDA (Colosenses 3:1-4; Gálatas 2:20; Filipenses 1:21, Romanos 6:11; 1 Corintios 15:22). Como una persona salva, debo descansar en Su obra acabada (Hebreos 4:9-11). La gran verdad de la SUSTITUCIÓN es que Cristo murió por mí. Para ser justificado, necesito creer esta verdad. La gran verdad de la IDENTIFICACIÓN es que yo morí con Cristo. Para crecer en santidad y semejanza a Cristo (santificación) debo creer esta verdad.

 

3.      La fe tiene que afirmarse en los hechos de la Palabra de Dios. Primero el creyente debe CONOCER los hechos respecto a su identificación con Cristo en Su muerte y resurrección (Romanos 6:3—“no sabéis”, Romanos 6:6—“sabiendo ésto”). Segundo, el creyente debe CONSIDERAR esos hechos y contar con la verdad de ellos (Romanos 6:11—“considerar” es una palabra de fe; significa que el creyente cuenta con que lo que Dios ha dicho, es verdad). La fe descansa en los hechos de Dios, lo que en este caso incluye la identificación del creyente con Cristo en Su muerte y resurrección.

 

4.      Hay una diferencia entre mi POSICIÓN EN CRISTO (mi lugar en Él) y mi actual CONDICIÓN (mi estado actual en el tiempo). Mi posición en Cristo es perfecta, completa y eterna (Colosenses 2:10; 2 Corintios 5:17; Romanos 8:1) porque estoy completo en un Salvador perfecto (1 Corintios 1:30) y Dios me ve en ÉL (Efesios 1:6; 2 Corintios 5:21). Mi condición es lo que soy actualmente en mi diario caminar. Leo en Romanos 6:6 que MI VIEJO HOMBRE FUE CRUCIFICADO CON CRISTO. Esto es un hecho. Dios lo dice y es verdadero en cuanto a mi posición en Cristo. En mi experiencia actual mi viejo hombre muchas veces está vivo y bien. La meta de la vida cristiana es que la condición de uno esté de acuerdo con la posición. Esta es la obra del Espíritu de Dios (2 Corintios 3:18), pero debo hacer mi parte. Mientras más cuento con los hechos de Romanos 6:6; 6:11; Gálatas 2:20; etc., tanto más se harán realidad en mi experiencia actual. Es la fe en el hecho de mi posición la que me otorga los beneficios diarios de crecimiento en mi condición. La mayoría de los creyentes actúan basados en sus sentimientos, cuando se concentran en su débil condición. Necesitamos concentrarnos en nuestra posición perfecta en Cristo, viéndonos a nosotros mismos como Dios nos ve en Su amado Hijo.

 

5.      Para ser salvo de la pena del pecado, tuve que verme como Dios me ve—como un pecador culpable, perdido, sin esperanza, merecedor del infierno (Romanos 3:10-23 etc.). Dios, y Dios solamente puede salvar, en base a la obra acabada de Cristo. De igual manera, para ser salvo del poder y dominio del pecado, debo verme como Dios me ve—situado en Su Hijo e identificado con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección y sentado con Él en lugares celestiales (Efesios 2:5-6; Colosenses 3:1-4). Así no estoy concentrado en mi mismo y en mi condición de lucha y fracaso, sino estoy enfocado en Cristo—Su gloria, Su obra consumada, Su perfecta redención, mi nueva vida en Él (2 Corintios 3:18; 5:17). Por fe cuento con y me apropio de mi posición en Él, y por obra de Dios, el Espíritu Santo me estará transformando de mi actual condición, a Su imagen de gloria (semejanza a Cristo) en gloria (2 Corintios 3:18, 2 Pedro 3:18).

 

6.      Como un creyente que crece, escudriñaré más y más las Escrituras y veré las riquezas que poseo en Cristo (Efesios 1:3, 2 Corintios 8:9) y por fe reclamaré y me apropiaré de estas riquezas. Poseeré mis posesiones. Me consideraré un millonario espiritual por la gracia de Dios. Al verme a mi mismo a la luz de los hechos de la Palabra de Dios,  por fe trataré de ser lo que ya soy. Soy un hijo de luz (Efesios 5:8). Por causa de este hecho, debo andar como un hijo de luz (Efesios 5:8). En Cristo soy un SANTO (1 Corintio 1:2). Por causa de este hecho, debo vivir santamente (Efesios 4:1; 1 Tesalonicenses 4:1-7).

 

7.      Tal como Juan 3:16 es un resumen del evangelio, así Gálatas 2:20 es un resumen de la vida cristiana. Observe lo siguiente acerca de este pasaje: 1) la FE es la clave; 2) la base de la vida cristiana es la obra acabada de Cristo; 3) el énfasis está en la identificación: fui crucificado con Cristo y Él vive ahora Su vida en mí; 4) los hechos de este versículo son verdad para cada creyente, pero únicamente los creyentes que reclaman estos hechos por fe, se benefician de ello en su diario caminar. Lamentablemente, muchos cristianos viven como si estos hechos no fueran verdad. 5) Gálatas 2:20 se explica en el siguiente cuadro:

 

 

UN RESUMEN DE LA VIDA CRISTIANA

EN UN VERSÍCULO

 

GÁLATAS 2:20

 

“NO YA YO, MAS CRISTO”

 

 

 

 

NO YA YO

 

¿PORQUÉ YA NO SOY YO?

Porque

MAS CRISTO

 

¿PORQUÉ ES CRISTO VIVIENDO EN MÍ?

Porque

 

 

En mi (esto es en mi carne) no mora el bien…

¡Miserable de mí! (Romanos 7:18,24).

 

La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte

(Romanos 8:2).

 

 

Todas mis justicias son como trapo de inmundicias (Isaías 64:6).

 

Estoy en Cristo Jesús quien me ha sido hecho sabiduría y justificación (1 Corintios 1:30).

 

 

El pecado mora en mí (Romanos 7:20).

 

Cristo vive en mí (Gálatas 2:20).

 

 

Yo vivo para mí (2 Corintios 5:15).

 

Vivo para Aquel que murió y resucitó por mí (2 Corintios 5:15).

 

 

Las obras de la carne son adulterio, fornicación, inmundicia…. (Gálatas 5:19).

 

El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz….

(Gálatas 5:22-23).

 

 

Los que viven según la carne, no pueden agradar a Dios (Romanos 8:8).

 

No estoy en la carne, sino en el Espíritu. El Espíritu de Dios mora en mí (Romanos 8:9).

 

 

Me he despojado del viejo hombre con sus hechos (Colosenses 3:9).

 

Me he revestido del nuevo hombre, que es renovado en conocimiento a la imagen del que lo creó (Colosenses 3:10).

 

 

Mi viejo hombre está viciado conforme a los deseos engañosos (Efesios 4:22).

 

Mi nuevo hombre ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4:24).

 

 

Mi viejo hombre fue crucificado con Él (Romanos 6:6).

 

Mi vida está escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3:3).

 

 

He muerto con Cristo (Colosenses 2:20).

 

 

He resucitado con Cristo (Colosenses 3:1).

 

He sido bautizado en Su muerte (Romanos 6:3; Gálatas 2:20).

 

He sido plantado juntamente en la semejanza de Su resurrección (Romanos 6:5).

 

 

He sido crucificado con Cristo (Gálatas 2:20)

 

Sin embargo vivo…y la vida que ahora vivo, la vivo en la fe del Hijo de Dios (Gálatas 2:20).

 

 

Las cosas viejas pasaron (2 Corintios 5:17)

 

Todas las cosas han llegado a ser nuevas. Soy una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17).

 

 

Estoy muerto al pecado (Romanos 6:11).

 

Estoy vivo para Dios (Romanos 6:11).

 

 

He muerto en Adán  (1 Corintios 15:22).

 

He sido vivificado en Cristo (1 Corintios 15:22).

 

 

Antes era un esclavo del pecado (Romanos 6:17, 20).

 

 

He sido libertado del pecado y soy siervo de Dios (Romanos 6:18, 22).

 

 

 

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